Trump firma una orden ejecutiva para limitar la acumulación de aranceles sobre un mismo producto y la industria automotriz

En el marco de su estrategia económica para la reactivación industrial, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este martes una orden ejecutiva destinada a impedir que se acumulen varios aranceles sobre un mismo producto. La medida se presenta como un intento por reducir el impacto de las políticas comerciales anteriores, que han provocado tensiones tanto en el comercio internacional como en sectores clave de la economía nacional.

La disposición, firmada durante su trayecto hacia el estado de Michigan para conmemorar sus primeros cien días de regreso en la Casa Blanca, busca evitar la duplicidad de cargas impositivas cuando un artículo esté sujeto a múltiples regímenes arancelarios. Según establece el documento, se determinará cuál de los aranceles debe aplicarse, con el fin de que la tarifa total no sobrepase el umbral necesario para cumplir los fines políticos originalmente planteados.

«He concluido que, cuando distintos aranceles recaen sobre un mismo producto, su efecto no debe ser acumulativo, ya que el tipo impositivo resultante podría exceder lo razonable para alcanzar el objetivo previsto», señala el texto firmado por el mandatario.

La orden presidencial representa un alivio para ciertos bienes procedentes de Canadá y México, que hasta ahora se veían afectados por gravámenes impuestos en el contexto de medidas contra el tráfico de estupefacientes en la frontera norte. Asimismo, se contemplan beneficios para las importaciones de productos derivados del acero y el aluminio, sectores tradicionalmente sensibles dentro del comercio internacional y relevantes para la industria manufacturera estadounidense.

En paralelo a esta medida, Trump anunció también un acuerdo con los fabricantes de automóviles establecidos en el país. El pacto contempla una reducción temporal de aranceles durante los próximos dos años, con el objetivo de facilitar la obtención de piezas en un contexto de transición industrial. Esta política aplicará tanto a compañías estadounidenses como extranjeras, siempre que el ensamblaje final de los vehículos se realice en territorio nacional.

«Queremos apoyar al sector durante esta etapa breve pero crítica. No tendría sentido sancionar a los fabricantes por no poder acceder a componentes esenciales», explicó el presidente durante declaraciones a bordo del avión presidencial. Estas acciones se enmarcan en una estrategia más amplia de estabilización económica y reposicionamiento de la política comercial exterior, al tiempo que Trump busca recuperar apoyo en sectores industriales clave para su base electoral.