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Zoé Valdés
AnálisisZoé ValdésParís

La posible arma nuclear de Kim Jong–un

El peligroso comunista coreano anhela jugar en las grandes ligas, ser tomado en cuenta, ser comparado nada más y nada menos que con Donald Trump. Como si Corea del Norte se le hubiera quedado pequeña

This picture taken on February 24, 2025 and released from North Korea's official Korean Central News Agency (KCNA) via KNS on February 25, 2025 shows North Korean leader Kim Jong Un (C) arriving to take commemorative photos with teaching staff and students at Kim Il Sung University of Politics in Pyongyang. (Photo by KCNA VIA KNS / AFP) / - South Korea OUT / - SOUTH KOREA OUT /  - SOUTH KOREA OUT / REPUBLIC OF KOREA OUT   ---EDITORS NOTE--- RESTRICTED TO EDITORIAL USE - MANDATORY CREDIT "AFP PHOTO/KCNA VIA KNS" - NO MARKETING NO ADVERTISING CAMPAIGNS - DISTRIBUTED AS A SERVICE TO CLIENTS
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Kim Jong-un pasa revista y saluda a los estudiantes de la academia miitarAFP

El líder comunista norcoreano Kim Jong-un lleva tiempo en el intento de «orbitar» cohetes nucleares encima de las cabezas de los que él supone sus enemigos; según Jesse Johnson en The Japan Times el hombre ha ordenado intensificar los esfuerzos para poner en práctica la armada del país mediante armas nucleares, de tal modo los medios oficialistas de comunicación –los únicos– han informado de esto planes lo más efusivamente autorizado.

«Al afirmar que ha llegado el momento de tomar una decisión responsable con la intención de acelerar el armamento nuclear de la armada, con el fin de defender el estado y la soberanía marítima de las amenazas actuales y futuras, estableció diferentes tareas para lograrlo», informó la Agencia Central de Noticias de Corea (KCNA). Pero ¿frente a quién se anima a armarse hasta los dientes Kim Jong-un? ¿China, Rusia, Japón? Ninguna importancia a efectos reales. La presunción sería: frente a los ataques fantasiosos que cualquier tirano tendría en su cabeza previendo con miedo a que su poder absoluto sea derrotado.

Aterra imaginar que pueda contar ya con el Choe Hyon, el buque de 5.000 toneladas equipado con ojivas nucleares

Lo cierto es que también aterra imaginar que semejante personaje pueda contar ya con el Choe Hyon, el buque de 5.000 toneladas equipado con ojivas nucleares, a lo que se sumaría un «misil de crucero supersónico», un «misil de crucero estratégico», y un «misil balístico táctico», todavía no comprobado, pero que constituyen las armas más potentes con las que cuenta su industria armamentista y que puedan suponer en Occidente. Da que pensar y por supuesto da que temer, esto último es lo que realmente se propone el líder comunista, tras amedrentar en permanencia al pueblo coreano, que vive en estado constante de sobresaltos, su objetivo es aterrorizar al resto del mundo, sobre todo a Estados Unidos.

Kim Jong-un ya no es solamente el hombrecito grueso con un pelado estilo cabeza de cazuela, el que obligatoriamente deben llevar todos los coreanos, ni al que los cohetitos le explotaban todos en el dedo gordo del pie. El peligroso comunista coreano anhela jugar en las grandes ligas, ser tomado en cuenta, ser comparado nada más y nada menos que con Donald Trump. Como si Corea del Norte se le hubiera quedado pequeña.

A pocos días, posteriores de la investidura del presidente estadounidense, el 20 de enero, Pyongyang probó misiles de crucero estratégicos que, según afirmó el máximo líder, habían alcanzado objetivos «con precisión» después de recorrer trayectorias de vuelo elípticas y en forma de ocho de 1.500 kilómetros de longitud durante poco más de dos horas cada una.

Tales pruebas, según el informe, formaban parte de «medios de disuasión de guerra» que «se están perfeccionando cada vez más». En enero y febrero del pasado año, Pyongyang también realizó numerosas rondas de pruebas de misiles de crucero.

Kim Jong-un es un arrebatado por las pesadas armas de fuego, que más que su hobby constituye su verdadera y única pasión

Los que saben del tema y han analizado la personalidad de Kim Jong-un, no porque se hallen cercanos a él, pues nadie puede en verdad estarlo, confirman que Kim Jong-un es un arrebatado por las pesadas armas de fuego, que más que su hobby constituye su verdadera y única pasión; de ahí que haya salido sumamente feliz y hasta emocionado de la experiencia más reciente, «elogió con elocuencia el sistema de potencia naval» y su gran capacidad de ataque y destrucción.

Su objetivo, según sus propias palabras es «acelerar el desarrollo de armamento nuclear para la Armada con el fin de defender al Estado comunista y asegurar la soberanía marítima de las amenazas actuales y futuras». Pero, con semejantes truenos, ¿quiénes se atreverían a ejecutar tales amenazas?

El propósito a corto plazo es continuar la construcción de más y mejores buques de guerra, como gigantescos cruceros, y diversos modelos de buques de escolta, y él se pone como meta el próximo año, sin olvidar «el desarrollo de propulsión nuclear con vistas a lo inmediato». No se haga esperar a este señor de la guerra, si él advierte que la espera estaría en tus planes, antes de exponerlos, no existirías más en el plano vivencial.

Los misiles más avanzados

Corea del Norte y su primer ministro no cesan de alardear con que sus misiles de crucero de largo alcance serán los más avanzados, si no lo son ya, se dicen, pues han volado hasta 2.000 km antes de alcanzar objetivos preestablecidos. Lo cierto es que tal distancia pondría a todo Japón a corta mira, incluidas bases militares estadounidenses claves, a distancia de un ataque fulminante.

Varios expertos afirman que los misiles de crucero representan un peligro inquietante, ya que pueden volar a baja altura y maniobrar desde luego velozmente, lo que los hace potencialmente muy difíciles de interceptar por las defensas aéreas y antimisiles. A diferencia de las armas balísticas, los misiles de crucero de Corea del Norte no están prohibidos por las sanciones impuestas por las Naciones Unidas a Pyongyang. O sea, vía libre al desestabilizador. La diferencia de Kim con sus predecesores es que todos coinciden en que es un gran modernizador fanático y pretende lo máximo, lo mejor y más inalcanzable, o sea, lo más efectivo para recrear el mal.

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