
El presidente francés, Emmanuel Macron
Macron abre la puerta a que Francia despliegue aviones con armas nucleares
En el plano doméstico, Macron se enfrentó a las críticas de los sindicatos sobre la controvertida reforma de pensiones, que ha generado un gran rechazo en Francia
En una entrevista televisiva con TF1, el presidente francés, Emmanuel Macron, no ha dudado en lanzar un mensaje firme contra Rusia, subrayando la disposición de Francia de imponer nuevas sanciones si Moscú no implementa un alto el fuego en Ucrania. «Queremos aplicar sanciones contra Rusia en los próximos días si no implementa el alto el fuego», aseguró el presidente, subrayando la necesidad de mantener la presión sobre el Kremlin mientras la guerra sigue devastando a Ucrania.
El presidente francés también mostró un enfoque flexible al mencionar que, una vez terminada la guerra, está dispuesto a volver a hablar con Vladimir Putin. Aunque la relación con Rusia sigue siendo tensa, Macron indicó que está dispuesto a retomar el diálogo, enfatizando que lo importante es asegurar la paz y la estabilidad en Europa.
Macron se refirió también a la necesidad de fortalecer el Ejército ucraniano, asegurando que Francia y sus aliados no abandonarán a Ucrania, aunque dejó claro que no será posible que el país se una a la OTAN en el futuro cercano. «No podemos abandonar a Ucrania», dijo, mientras subrayaba que el apoyo a Kiev es crucial para garantizar la estabilidad del continente.
Además, el mandatario galo aseguró que Francia está «lista» para un debate sobre el despliegue de aviones con armas nucleares en otros países europeos. «Siempre ha habido una dimensión europea en la disuasión nuclear, pero no la detallamos para mantener la ambigüedad estratégica», aseguró.
La reforma de las pensiones
En el plano doméstico, Macron se enfrentó a las críticas de los sindicatos sobre la controvertida reforma de pensiones, que ha generado un gran rechazo en Francia. Sophie Binet, secretaria general de la CGT, fue tajante al calificarla de «impuesta» y pidió un referéndum para derogarla. Macron, en su habitual estilo directo, rechazó de plano la solicitud, diciendo simplemente: «No». Sin embargo, justificó la reforma como una necesidad para equilibrar el sistema de pensiones, mencionando que el número de cotizantes por cada pensionista ha caído de tres a 1,7 en las últimas décadas, lo que ha provocado déficits crecientes. «Esta reforma liberará 17.000 millones de euros, y un tercio se reinvertirá en medidas sociales», explicó, agregando que, de no implementarse la reforma, Francia perdería 10.000 millones de euros al año.
Frente a las críticas de Binet, quien la calificó de «dogmática», Macron defendió su enfoque, señalando que el sistema de pensiones necesitaba ser ajustado y que no había otras opciones viables. «O subimos la edad legal de jubilación, o aumentamos las cotizaciones, o reducimos las pensiones», indicó el presidente. Además, sugirió que si los sindicatos logran un consenso, se podría discutir la reforma en el Senado. «Hay que iniciar una reflexión sobre el método de trabajo del futuro», añadió, abriendo la puerta a una «negociación social» sobre la calidad del trabajo y la financiación del modelo social.
El presidente también hizo un repaso a la situación interna de Francia y los desafíos económicos y sociales que enfrenta el país, señalando que, a pesar del pesimismo que reina en la opinión pública, Francia ha logrado avances significativos, como la reindustrialización y la descarbonización. Sin embargo, reconoció que los problemas siguen siendo numerosos, desde la inflación hasta las crisis energéticas, y subrayó que se deben encontrar soluciones prácticas sin caer en soluciones drásticas como la nacionalización de empresas.
Sobre la industria del acero y otros sectores, Macron defendió su política económica, rechazando la idea de una intervención estatal directa.
Sin embargo, el tema que más destacó fue su firme postura sobre Rusia, al señalar que las sanciones seguirán siendo una herramienta clave en la política exterior de Francia si el Kremlin sigue violando los acuerdos internacionales. Macron no solo se mostró decidido a imponer nuevas sanciones, sino que también reiteró la importancia de la unidad europea frente a la agresión rusa, dejando claro que Europa no puede dar la espalda a la guerra en Ucrania.