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Doohyun Kim, exiliado norcoreano

Doohyun Kim, exiliado norcoreanoThorun Piñeiro

Entrevista

Doohyun Kim, exiliado norcoreano: «En Corea del Norte hasta tener esperanza y fe es considerado un crimen»

A los 13 años fue obligado a presenciar una de las ejecuciones organizadas contra los disidentes políticos, en la cual, un tribunal improvisado condenaba a muerte y la familia del acusado era obligada a presenciar en primera fila la ejecución

Tras haber presenciado las graves violaciones de derechos humanos cometidas por el régimen comunista de Corea del Norte, incluyendo la muerte de su padre en un campo de prisioneros, Doohyun Kim, comprende de primera mano los horrores que sufren los norcoreanos.

El ahora encargado de las redes sociales del Comité de Derechos Humanos en Corea del Norte (HRNK) vive con su mujer y sus dos hijos en Estados Unidos y es autor del libro titulado Una Mentira Necesaria: Escape por la libertad y el amor donde relata la odisea para escapar de Corea del Norte, donde «hasta tener esperanza y fe es considerado un crimen».

Doohyun asistió en Madrid al II Congreso de Víctimas del Comunismo organizado por el CEU-CEFAS y compartió su desgarrador testimonio con la intención de ser «una vos por los millones que no pueden hablar» bajo la bota de Kim Jon-un.

–¿Cómo se rompe el hermético control del régimen de Pyongyang para recopilar datos y mostrar el sufrimiento de los norcoreanos?

–A pesar de los esfuerzos de Corea del Norte por mantener un aislamiento casi total, existen grietas en la coraza del régimen. HRNK utiliza un enfoque multifacético: nos basamos en testimonios de fugitivos, imágenes satelitales, redes de desertores dentro y alrededor de Corea del Norte, e incluso monitoreamos los propios medios estatales norcoreanos.

Como desertor y colaborador en redes sociales, ayudo a difundir estos hallazgos a nivel mundial. Mientras Pyongyang intenta ocultar su brutalidad, cada testimonio, imagen e informe que publicamos socava el silencio que encubre sus crímenes.

–¿Qué puntos en común comparten los exiliados norcoreanos que logras entrevistar?

–Todos los desertores cargan con cicatrices emocionales: hambre extrema, traumas tras presenciar ejecuciones públicas, miedo durante la huida. Los une una profunda soledad: el dolor de no volver a casa ni volver a ver a sus seres queridos. Sin embargo, existe un hilo conductor común: la resiliencia. Muchos finalmente superan su trauma y se integran en nuevas sociedades. Su valentía para alzar la voz, incluso después de soportar tanto dolor, es lo que impulsa nuestra labor.

Doohyun Kim, exiliado norcoreanoThorun Piñeiro

–Tu padre murió en un campo de prisioneros. ¿Cómo funcionan estos campos y qué tipo de trato reciben?

–Los campos de prisioneros de Corea del Norte son agujeros negros de humanidad. Mi padre murió en uno de ellos, así que hablo no solo como defensor de los derechos humanos, sino como un hijo que perdió a su padre injustamente bajo el régimen más opresivo.

Estos campos, como Kwan-li-so N° 18 y varios kyohwa-so (campos de reeducación por el trabajo), operan al margen de cualquier Estado de derecho. Los reclusos sufren tortura, trabajos forzados, hambre y violencia sexual. Familias enteras son castigadas por el 'delito' de un solo miembro bajo el principio de culpabilidad por asociación. Los testimonios de desertores y los análisis de imágenes satelitales muestran que estos campos persisten y evolucionan para evitar el escrutinio, pero nuestro compromiso es inquebrantable: los denunciaremos.

–¿Cómo lograste escapar de Corea del Norte?

En 2009, decidí escapar de Corea del Norte. La vida se había vuelto casi imposible tras la muerte de mi padre y seguía sufriendo una grave discriminación debido a la clase social de mi familia. Cuando Kim Jong-un comenzó su ascenso al poder, me di cuenta de que no había esperanza para mi futuro. Nada iba a cambiar, así que tenía que hacerlo.

Mi huida se forjó en el amor y la desesperación. Como cuento en el libro 'Una Mentira Necesaria', le dije a mi mujer que me iba en un breve viaje de negocios, de solo dos semanas. La mentira era necesaria para protegerla y darle una negación plausible. Crucé montañas y ríos, pasé por China, Laos y Tailandia antes de llegar a Corea del Sur: más de 4.800 kilómetros en total. Cada paso era una apuesta arriesgada, pero me impulsaba el anhelo de libertad y la esperanza de reencontrarme con mi esposa.

–¿Cómo tu libro (Una Mentira Necesaria: Escape por la libertad y el amor) ayuda a comprender mejor el terror del comunismo norcoreano?

–El libro personaliza la tiranía. No se trata solo de política. Explica el miedo silencioso a decir la verdad en casa, el culto ritual a los dictadores y el trauma emocional de la separación familiar. A través de nuestra historia de amor personal, los lectores ven tanto el coste humano como la resiliencia contra la opresión sistémica.

El libro acorta la distancia emocional que muchos sienten hacia Corea del Norte y revela que su gente es como nosotros: capaz de amar, tener esperanza y valentía.

–¿Qué tipos de pistas o patrones represivos muestran las imágenes satelitales que ha podido analizar a lo largo de los años?

–Las imágenes satelitales cuentan una historia que el régimen no cuenta: puestos de guardia ampliados, nuevas vallas perimetrales, actividad agrícola que enmascara el trabajo forzoso. En el Campo N° 18, vimos edificios demolidos reemplazados por nueva infraestructura, lo que sugiere no un cierre, sino ocultamiento. Estas imágenes, combinadas con testimonios, revelan una estrategia de camuflaje, engaño y adaptación. El régimen evoluciona para evadir el escrutinio internacional, pero seguimos exponiéndolos a través de tecnología avanzada.

Doohyun Kim, exiliado norcoreanoThorun Piñeiro

–¿Cuáles son los pilares que sustentan el régimen de Kim Jong-un?

–El régimen de Kim se basa en seis pilares: aislamiento, adoctrinamiento, hambre, vigilancia, miedo público y la creación de enemigos extranjeros. Estos mecanismos funcionan conjuntamente: el hambre mantiene a la gente sumisa, el adoctrinamiento la ciega, la vigilancia la silencia y la representación de amenazas externas la une en el miedo. Esto no es simplemente gobernanza, sino encarcelamiento psicológico.

–¿Cuál es el papel de China en la supervivencia del régimen de Kim Jong-un?

–China es el sustento del régimen. Pekín teme una Corea libre y unificada que pueda albergar tropas estadounidenses en su frontera. Por lo tanto, apoya a Kim mediante el comercio económico, la repatriación de desertores y su poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU.

China facilita el funcionamiento de uno de los regímenes más opresivos del mundo

El apoyo de China es estratégico: Corea del Norte sirve tanto de amortiguador como de distracción. Proporciona un respaldo económico, político y diplomático crucial, incluyendo la protección de Pyongyang ante la responsabilidad internacional por sus abusos contra los derechos humanos. Al hacerlo, China facilita el funcionamiento de uno de los regímenes más opresivos del mundo.

–¿El apoyo de Rusia a Corea del Norte es igual que el de China? ¿O es de una naturaleza diferente?

–El apoyo de Rusia es más oportunista. Busca influenciar a Occidente y considera a Corea del Norte un irritante útil. Moscú suministra energía, emplea mano de obra norcoreana y ayuda al régimen a eludir las sanciones. A diferencia de China, Rusia no está ideológicamente alineada con Pyongyang; sus motivaciones son transaccionales. Pero ambas naciones comparten un resultado: facilitar la tiranía mientras evaden responsabilidades.

A diferencia de China, Rusia no está ideológicamente alineada con Pyongyang. Sus motivaciones son transaccionales

Corea del Norte ahora intenta consolidar su alianza estratégica enviando directamente a su ejército a la guerra ruso-ucraniana. El régimen está expandiendo su rol más allá del noreste asiático, interviniendo en conflictos globales. Esto intensifica la inestabilidad y representa una amenaza creciente para la paz internacional. A cambio de desplegar tropas como carne de cañón, Corea del Norte recibe grano, energía y tecnología militar de Rusia. Esto no solo representa una grave violación de los derechos humanos, sino que pone en peligro la paz en la península de Corea y en todo el mundo.

Doohyun Kim, exiliado norcoreanoThorun Piñeiro

–¿Cómo pueden las campañas en redes sociales ayudar a llevar un soplo de libertad a Corea del Norte?

Las redes sociales son nuestra arma contra el silencio. Las usamos para visibilizar atrocidades y compartir historias de desertores.

La concienciación es el primer paso hacia la liberación

Estas campañas aumentan significativamente la conciencia global y movilizan la acción internacional. Rompen el silencio impuesto por el régimen, mantienen la atención mundial sobre las violaciones de derechos humanos y ejercen presión diplomática y social sobre Pyongyang. La concienciación es el primer paso hacia la liberación.

–¿Qué puede hacer el resto del mundo para ayudar al pueblo norcoreano?

–No mirar hacia otro lado. Exijan que sus gobiernos prioricen los derechos humanos en sus políticas exteriores. Apoyen a organizaciones como HRNK. Escuchen a los desertores. Presionen a China y Rusia para que dejen de permitir la opresión. Y, sobre todo, recuerden: no son extraños. Son personas que aman, sufren y tienen esperanza, igual que ustedes. La injusticia en cualquier lugar es una amenaza para la justicia en todas partes.