Luís Montenegro tras su reunión con el presidente de Portugal
¿Qué opciones hay ahora para formar Gobierno en Portugal? ¿Le conviene a Chega pactar con Montenegro?
Pocos adjetivos están más sobreutilizados que el de «histórico», pero no es ninguna exageración utilizarlo para explicar lo vivido el domingo en las elecciones legislativas de Portugal. Por primera vez desde la caída de la dictadura, en 1974, el inamovible bipartidismo conformado por conservadores y socialistas se ha roto, pues estos últimos han logrado el mismo número de diputados que Chega!, el partido encabezado por André Ventura que ha dejado de ser una formación a los márgenes para convertirse en una fuerza política lo suficientemente poderosa como para mantener o derrocar gobiernos.
A falta de que se conozca de forma oficial el voto en el extranjero, que otorga cuatro escaños, la Alianza Democrática de Luís Montenegro se ha proclamado vencedora de las elecciones, aunque lejos de la mayoría absoluta. Con 89 escaños (nueve más de los que tenían), por ahora, adjudicados, no les basta para liderar un Parlamento que cuenta con 230 asientos, quedando obligados a formar alianzas. Este mismo lunes, el presidente luso, Marcelo Rebelo de Sousa, comenzó a recibir en su despacho a los principales líderes políticos. Después de escuchar a los partidos, el presidente portugués encargará al ganador de las elecciones la formación de Gobierno.
Puestas todas estas cartas sobre la mesa, ahora le toca a Montenegro encontrar un socio con el que formar Gobierno. Desde hace meses ha afirmado que rechaza pactar con Chega!, que viene de firmar el mejor resultado de su historia, formando un cordón sanitario que le deja como única alternativa aliarse con los socialistas. Un escenario muy similar al vivido en Alemania hace escasas semanas, con una izquierda hundida en las urnas pero que entra de forma minoritaria en el Gobierno con la derecha más moderada ante el auge de formaciones como Alternativa para Alemania o Chega!.
Un pacto, el de conservadores y socialistas, que empezó a coger forma la misma noche electoral, cuando el ex primer ministro luso, António Costa —socialista y actual presidente del Consejo Europeo—, felicitó a Montenegro y animó a su antiguo partido a que trabajara con ellos para formar Gobierno. De hecho, ante la dimisión de Pedro Nuno Santos como líder socialista, todo indica que su sucesor será José Luis Carneiro, antigua mano derecha de Costa y que, parece, seguirá su línea de pensamiento.
De todos modos, cabe recalcar que en Portugal no hay investidura. Al primer ministro le nombra el presidente, pero necesitará apoyos si quiere sacar adelante los Presupuestos o aprobar su programa de Gobierno.
André Ventura y su partido Chega lograron una meritoria tercera posición
Si las conversaciones con los socialistas no llegan a buen puerto, a Montenegro tan solo le cabría la opción de pactar con Chega!, pero es muy probable que a ellos no les interese entrar en el Gobierno como socios minoritarios. André Ventura, su líder, lleva desde la noche del domingo proclamánde como líder de la oposición y es una posición en la que, parece, se encuentra cómodo.
Atendiendo a los números, Chega! ha aumentado en, al menos, diez sus escaños respecto a las elecciones de hace apenas un año, convirtiéndose en la fuerza política más votada en regiones como Beja, Setúbal y Portalegre. Para un partido nacido en 2019, su crecimiento no podría ser más pronunciado. Teniendo esto en cuenta, es probable que Ventura se sienta con la suficiente fuerza como para pensar en vencer las siguientes elecciones. Quedar en la oposición y erosionar el mandato de Montenegro para provocar un nuevo viaje a las urnas —tiene que pasar al menos un año— podría ser su estrategia más factible. Además, Portugal celebra el próximo mes de enero elecciones presidenciales y el nuevo jefe del Estado no podrá disolver la Asamblea hasta que supere los seis meses de mandato.
Lo que no cabe duda es que Luís Montenegro volverá a ser el primer ministro luso, pero su pequeño espaldarazo recibido en las urnas podría no serle suficiente. Portugal vive inmersa en una situación donde ningún Gobierno está a salvo —se han celebrado tres elecciones en tres años— y donde la polarización es cada vez más la norma. En medio de todo este clima, Chega! sigue aprovechando el descontento popular para crecer en las encuestas y en las urnas, acercándose a un futuro, ya no tan lejano, en el que puedan gobernar el país.