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El secretario de Defensa de EE. UU., Pete Hegseth (izq.), acompañado por el jefe del Estado Mayor Conjunto, general de la Fuerza Aérea Dan Caine

El secretario de Defensa de EE. UU., Pete Hegseth, acompañado por el jefe del Estado Mayor Conjunto, general de la Fuerza Aérea Dan CaineGetty Images via AFP

'Operación Martillo de Medianoche': el ataque de Estados Unidos que ha «devastado» el programa nuclear de Irán

El ataque contra el país persa se trata de la mayor decisión en política exterior del presidente Donald Trump y podría conllevar consecuencias imprevisibles para la región

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció en la noche de este sábado (madrugada en España) que su país había lanzado finalmente un ataque contra tres instalaciones nucleares en Irán: Natanz, Fordow e Isfahán. En una breve intervención de apenas cuatro minutos, Trump informó que su país había decidido unirse a Israel en su guerra contra la República Islámica, sin ofrecer más detalles sobre la operación. No ha sido hasta este domingo cuando el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, ha revelado los detalles de la ofensiva durante una rueda de prensa extraordinaria desde la sede del Pentágono, junto al jefe del Estado Mayor Conjunto de los Estados Unidos, Dan Caine.

Hegseth inició su intervención calificando la operación estadounidense como «audaz y brillante» y aseguró, como ya había hecho Trump el día anterior, que el ataque ha logrado «destruir totalmente» las tres plantas nucleares iraníes y ha «devastado» y «pulverizado» las ambiciones nucleares de Irán. «Muchos presidentes soñaban con asestar el golpe final al programa nuclear de Irán, pero ninguno pudo hacerlo hasta Trump», se enorgulleció el secretario de Defensa. Así, y citando una reciente publicación del mandatario en su red social Truth Social, advirtió al régimen de los ayatolás de que cualquier represalia «se responderá con fuerza».

Sin embargo, y a pesar de su tono amenazante, Hegseth apuntó que «Estados Unidos no busca la guerra» e instó a Teherán a volver a la mesa de negociaciones. «El presidente Trump dijo: 'nada de armas nucleares, busca la paz', e Irán debería seguir ese camino», aconsejó. En esta misma línea, el expresentador de televisión añadió que los iraníes «saben exactamente cuál es la postura estadounidense, qué medidas pueden tomar para lograr la paz, y espero que así sea», antes de aclarar que los ataques estadounidenses no buscaban un «cambio de régimen» en Irán, como había dejado entrever el propio Trump o el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu.

Operación Martillo de Medianoche

A continuación, tomó la palabra el jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, Dan Caine, que pasó a explicar los detalles más técnicos de la 'Operación Martillo de Medianoche'. Según Caine, Washington ejecutó un «ataque deliberado y preciso contra tres instalaciones nucleares iraníes». «Esta fue una misión compleja y de alto riesgo, llevada a cabo con excepcional habilidad y disciplina por nuestra fuerza conjunta», reconoció. El jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos admitió que pocos dentro de la Administración conocían la ofensiva y que esta se planeó en total secreto para no poner en peligro la misión ni a los soldados norteamericanos implicados.

Para la operación, Estados Unidos contó con la ayuda de sus aliados en Oriente Medio y con la estrecha colaboración de Israel. «Requirió mucha precisión e implicó distracción», señaló Caine. «Ningún otro Ejército del mundo podría haber hecho esto», sostuvo el general. Así, la operación contó con todo lo necesario para convertirse en el próximo gran estreno de Hollywood: señuelos, hasta 125 aviones de combate, entre los que destacan los potentes bombarderos B-2 Spirit y hasta un submarino. La operación comenzó en la medianoche del viernes al sábado: un grupo de aviones B-2 se movilizó desde Estados Unidos en dirección oeste y hacia el Pacífico, respondiendo a una estrategia de distracción.

Infografía del ataque de Estados Unidos contra las instalaciones nucleares de Irán

Infografía del ataque de Estados Unidos contra las instalaciones nucleares de IránKindelán

«Una vez en tierra, los B-2 enlazaron con aviones de escolta y apoyo en una compleja maniobra sincronizada, todo ello con un mínimo de comunicaciones durante 18 horas», prosiguió el general Caine. Alrededor de las 17:00, un submarino estadounidense lanzó más de dos docenas de misiles de crucero de ataque terrestre Tomahawk contra la instalación nuclear de Isfahán, en el centro de Irán. «EE.UU. empleó varias tácticas de engaño, incluyendo señuelos, mientras los aviones de cuarta y quinta generación se situaban delante del grupo de ataque a gran altitud y alta velocidad, barriendo delante del grupo en busca de cazas enemigos y amenazas de misiles tierra-aire», explicó Caine. De esta forma, entre las 18:00 y las 19:00 del sábado (siempre hora de Washington D. C.), Estados Unidos ya había alcanzado las tres plantas nucleares iraníes.

«Nuestros B-2 entraron y salieron del centro de estos sitios nucleares, sin que el mundo lo supiera. Fue histórico, un ataque que incluyó la misión más larga del bombardero B-2 Spirit desde 2001, tras el 11-S, y el primer uso operativo de las MOP, bombas penetradoras de munición masiva –hasta 14–. Como ha declarado el presidente Trump, Estados Unidos no busca la guerra, pero actuaremos con rapidez y decisión cuando nuestro pueblo, nuestros socios o nuestros intereses se vean amenazados", insistió el jefe militar de Estados Unidos.

En total, para esta ofensiva, el Ejército estadounidense desplegó 125 aeronaves, incluyendo siete bombarderos B-2, aviones cisterna de reabastecimiento, aviones de reabastecimiento y cazas, además de 75 bombas y misiles, entre ellas 14 bombas 'rompebúnkeres' GBU-57, de más de 13 toneladas. Según el Pentágono, todo este operativo consiguió llevarse a cabo sin que ni los cazas ni los sistemas de misiles tierra-aire iraníes detectaran los aparatos norteamericanos.

A pesar de la magnitud de la ofensiva lanzada por Trump –la primera intervención militar estadounidense en suelo iraní desde que los ayatolás se hicieran con el poder en 1979–, la República Islámica ha tratado de restar importancia a los daños ocasionados a sus instalaciones nucleares, asegurando que tan solo se trata de golpes superficiales y advirtió de que responderá a la ofensiva. Así Teherán aseveró que no existe «ningún peligro» para los iraníes que viven en las inmediaciones de las zonas bombardeadas. «Los habitantes de Natanz, Isfahán y Fordow pueden seguir con sus vidas normalmente», declaró a la televisión estatal la portavoz del Gobierno iraní, Fatemeh Mohajerani.

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