El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder islamista de Siria
Trump firma una orden ejecutiva para eliminar las sanciones a Siria mientras mantiene restricciones a Al Asad
La orden ejecutiva firmada por Donald Trump busca apoyar la reconstrucción siria y la lucha contra el terrorismo, sin fortalecer a los actores considerados una amenaza
Donald Trump firmó este lunes una orden ejecutiva que pone en marcha el levantamiento parcial de las sanciones impuestas a Siria, medida que había sido anticipada el pasado mes de mayo tras los primeros contactos entre Washington y el nuevo Ejecutivo sirio.
Según comunicó oficialmente la Casa Blanca, las sanciones seguirán vigentes contra el derrocado Bashar al Assad, su círculo cercano, individuos acusados de violaciones de derechos humanos, implicados en el tráfico de drogas, responsables de programas de armas químicas, integrantes de ISIS y sus aliados, así como representantes iraníes con influencia en la región.
Esta disposición permitirá suavizar los controles sobre exportaciones específicas y levantar ciertas restricciones relacionadas con la ayuda internacional dirigida a Siria. El objetivo, tal como señala la administración estadounidense, es contribuir a la reconstrucción del país y a su lucha contra el extremismo, evitando al mismo tiempo que se refuercen actores que puedan desestabilizar la zona.
El embajador de Estados Unidos en Turquía, Thomas Barrack, destacó en una conferencia telefónica que esta medida constituye una «oportunidad irrepetible» para redefinir las relaciones diplomáticas con Siria y, en general, el equilibrio en Oriente Medio. Barrack enfatizó que el presidente Trump apuesta por ofrecer una nueva vía de integración para aquellos que han colaborado en la lucha contra el terrorismo, incluidos los kurdos, tradicionalmente excluidos de las negociaciones multilaterales. «Hemos abierto un espacio de diálogo con Siria que nunca se logró establecer con Irán», subrayó el diplomático.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump
El anuncio oficial de esta relajación de las sanciones se produjo el pasado 13 de mayo durante el foro de inversiones celebrado en Arabia Saudí, primera etapa de la gira de Trump por Oriente Medio. En ese contexto, el mandatario estadounidense reconoció que las sanciones impuestas previamente a Siria, aunque habían cumplido su propósito en su momento, también generaron un alto coste humanitario y económico para la población civil.
Un día después de ese anuncio, Trump sostuvo un encuentro histórico con Ahmed al Sharaa, presidente interino de Siria, en el marco de la cumbre del Consejo de Cooperación del Golfo en Riad. Esta reunión representó el primer cara a cara entre los máximos representantes de ambos países en un cuarto de siglo.
Ahmed al Sharaa, antiguo líder del Frente al Nusra —organización que en su día operó como la filial siria de Al Qaeda— y excombatiente insurgente en Irak, asumió el poder tras la caída del régimen de Al Assad. Cabe recordar que Al Sharaa fue encarcelado durante casi cinco años por tropas estadounidenses tras haber participado activamente en la insurgencia posterior a la invasión de Irak en 2003.
Desde el ascenso de Al Sharaa al poder en Damasco, las relaciones bilaterales han dado un giro significativo. Delegaciones estadounidenses compuestas por congresistas, empresarios y representantes oficiales han comenzado a visitar Siria, en un proceso que, según la administración Trump, pretende sentar las bases para una colaboración orientada a la estabilización y reconstrucción del país.