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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante la firma del decreto de «aranceles recíprocos»

Trump sigue dándole vueltas a los arancelesAFP

Trump torea a Von der Leyen y ahora amenaza con aranceles del 35 % a la UE

También amenaza con aranceles del 250 % a los productos farmacéuticos y con imponer una nueva tarifa a la India

En el mundo de Donald Trump, donde nada es para siempre, donde el tablero cambia cada semana, los pactos son más volátiles que nunca y cada día te puedes encontrar una nueva amenaza en el cajón. La Unión Europea cerró hace escasos días un pacto con Estados Unidos para que Washington impusiera aranceles del 15 %, por debajo del 30 % que en principio amenazó el mandatario estadounidense, pero un acuerdo que levantó ampollas dentro de los socios comunitarios.

La Unión Europea dio por cerrado el asunto, incluso congelando ayer mismo las represalias económicas que se había guardado en la recámara en caso de que Estados Unidos impusiera de forma unilateral sus tarifas. Pues apenas horas después de esa decisión, Donald Trump, en una entrevista con la cadena CNBC, ha amenazado ahora con aranceles del 35 % a la Unión Europea.

Trump justificó su nuevo órdago asegurando que Bruselas ya le ha pagado 600.000 millones de dólares «como un regalo», que puede usar «para lo que quiera». Una cifra que ni la Comisión Europea ni ningún otro organismo internacional ha confirmado, pero que él presenta como el resultado de su fuerza negociadora. «Les bajé los aranceles porque pagaron. Me dieron 600.000 millones, y eso no es un préstamo, es dinero para que yo lo invierta en lo que quiera», aseguró el presidente, sin aportar más detalles ni aclarar si se refería a inversiones pactadas, compras comerciales o una cifra simbólica.

Lo cierto es que la amenaza no es nueva, pero su virulencia y su momento —tan solo horas después de que la UE desactivara su respuesta— ha generado desconcierto en Bruselas. Según Trump, si el bloque no cumple «con su palabra» o si cualquier otro país plantea dudas sobre los términos del trato, los aranceles volverán a subir.

La amenaza contra la UE no es aislada. En la misma entrevista, Trump disparó también contra otros socios estratégicos. A la India le advirtió de nuevos aranceles si continúa comprando petróleo ruso, una práctica que, dijo, «financia la máquina de guerra» de Vladimir Putin. Y añadió que podría imponer tarifas del 25 % si Nueva Delhi no modifica su política energética exterior.

Ursula von der Leyen y el presidente de EE.UU. Donald Trump en Escocia

Ursula von der Leyen y el presidente de EE.UU. Donald Trump en Escocia

Pero el mayor golpe llegó para el sector farmacéutico. Trump anunció un plan para aplicar aranceles progresivos a los medicamentos importados, empezando con un aumento leve, que irá creciendo hasta llegar al 150 % en un año y medio y alcanzará el 250 % a medio plazo. «Queremos que los medicamentos se fabriquen en Estados Unidos», zanjó. Según él, muchas farmacéuticas producen en China, Irlanda y otros países solo por una cuestión de márgenes, y eso se acabará. «Esta es una categoría aparte. No es como el resto del 15 %, son clases excluidas, como el acero o el aluminio», dijo, dejando entrever que las tarifas farmacéuticas tendrán su propio calendario y no estarán sujetas a negociación.

La ofensiva comercial de Trump no pasó desapercibida en los mercados. Wall Street abrió la jornada con avances tímidos, pero con los inversores mostrando nerviosismo ante la imprevisibilidad de la política económica. El Dow Jones apenas subía un 0,08 %, el S&P 500 un 0,05 % y el Nasdaq un 0,03 %. El crudo WTI, por su parte, caía un 1,4 % hasta los 65,36 dólares.

La única nota de alivio la ofreció el propio Trump al descartar que su secretario del Tesoro, Scott Bessent, vaya a sustituir a Jerome Powell al frente de la Reserva Federal. «Powell sigue», confirmó, en un intento de calmar a los mercados financieros. También aseguró que «se acerca un gran acuerdo» con China, aunque no ofreció detalles sobre el contenido ni el calendario.

En paralelo, los últimos datos macroeconómicos dieron algo de oxígeno al Gobierno: el déficit comercial de junio se redujo un 16 % respecto a mayo, hasta los 60.200 millones de dólares. Un alivio puntual que no cambia la tendencia de fondo: en el acumulado del primer semestre, el déficit ha crecido un 38,3 % respecto a 2024.

Pero si algo ha dejado claro Trump en esta nueva fase de su cruzada económica es que ningún acuerdo está realmente cerrado y que cualquier país —aliado o rival— puede encontrarse mañana en el punto de mira. La Unión Europea, que ya había enfundado sus armas comerciales, podría verse obligada a desenvainarlas de nuevo.

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