Hamás e Israel se encuentran en la primera fase de un acuerdo de paz
Quién es quién en el grupo de Hamás que Israel va a liberar a cambio de los rehenes
Israel excarcelará, en el marco del acuerdo de alto el fuego con Hamás, a 250 presos de alta seguridad palestinos, decenas de ellos condenados por delitos de sangre y recordados atentados, y mantendrá tras las rejas a cuatro de los considerados «ases». Entre ellos, no será excarcelado el dirigente de la facción armada del movimiento nacionalista Al-Fatah, Marwan Barghouti, figura de peso y predicamento, cuya liberación exigían los islamistas.
El Ministerio de Justicia de Israel dio a conocer el listado este viernes, después de que el gabinete encabezado por el primer ministro, Benjamin Netanyahu, diera el visto bueno al acuerdo promovido por Estados Unidos, que contempla la liberación de los más de 40 israelíes secuestrados aún en poder de Hamás y otros grupos e individuos armados, y la retirada gradual de Israel de la franja de Gaza.
De los 250 presos palestinos que saldrán en libertad, 15 lo harán en Jerusalén Este, un centenar en Cisjordania y 135 está previsto que sean deportados a otros territorios.
En los últimos días, medios locales israelíes habían especulado con que verían la luz algunos presos de alto perfil, que en Israel son tachados de «architerroristas» que suman varias condenas de cadena perpetua a sus espaldas. En el último momento se produjeron cambios en la lista presentada inicialmente, después de que los equipos negociadores acordaran intercambiar a 11 reos afiliados a Al-Fatah por presos palestinos militantes de Hamás, según informó el digital Times of Israel.
Excluidos de la lista: los «ases» y líderes más peligrosos
El documento final excluye a Marwan Barghouti, el dirigente más popular según las encuestadoras palestinas y visto por algunos analistas como el «Mandela palestino», por su trayectoria negociadora incluso desde la cárcel y como potencial líder unificador de facciones. En Israel, en cambio, es recordado por ser el cerebro de sangrientos ataques contra civiles israelíes, por los que afronta cinco cadenas perpetuas por su implicación en varios atentados que acabaron con las vidas de otros tantos israelíes en tiempos de la Segunda Intifada.
El dirigente del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), Ahmed Saadat, y los destacados líderes de Hamás presos Hamed y Hassan Salameh no figuran en la lista, pese a la presión del grupo integrista en la negociación. Tampoco será puesto en libertad Hakim Awad, asesino de la familia Fogel en un asentamiento en Cisjordania en 2011, ni Mahmud Atallah, quien abusó sexualmente de una guardia de prisiones.
El exlíder de Hamás en Gaza, Yahya Sinwar, saluda a sus seguidores durante una manifestación de Hamás
Junto a los 250 presos de seguridad, Israel tiene previsto excarcelar a otros 1.700 palestinos detenidos después del ataque del 7 de octubre de 2023, aunque no involucrados en el mismo, que serán trasladados a la franja de Gaza o deportados al exterior.
La liberación se efectuará tras un lapso de 72 horas, durante el cual se espera la devolución de todos los israelíes secuestrados en Gaza, vivos y fallecidos.
El caso de Barghouti, símbolo de resistencia para los palestinos y considerado un posible sucesor de Mahmud Abbas, añade un trasfondo político de gran peso. Muchos de los liberados fueron condenados por asesinatos y atentados terroristas de alto impacto, incluidos supuestos rehabilitados y posteriormente reincidentes. Estos son algunos de los nombres cuyos historiales son más representativos:
Destaca Iyad Abu al-Rub, comandante de la Yihad Islámica en la ciudad cisjordana de Yenín, responsable de tres atentados suicidas entre 2003 y 2005 que dejaron 13 muertos. También figuran Muhammad Zakarneh, vinculado al asesinato de un taxista en 2009, y Muhammad Abu al-Rub, condenado por apuñalar a Reuven Shmerling en 2017.
La lista de liberaciones incluye a varios terroristas implicados en el linchamiento de Ramala en 2000, uno de los episodios más graves del inicio de la Segunda Intifada. Entre ellos se encuentra Baher Dar, condenado a 11 cadenas perpetuas por atentados suicidas en Tzrifin en 2004 y otros ataques en Tel Aviv.
También serán liberados reincidentes de acuerdos anteriores, como un terrorista rearrestado en el hospital Shifa de Gaza, e Ibrahim Alikem, asesino de Ita Tzur y su hijo en 1996. Entre los liberados figuran Fares Ghanem, condenado por ocho asesinatos; Atiyah Abu Samhadga, responsable de la violación y asesinato de una mujer judía; Jafar Al-Zaatari, operativo de Hamás involucrado en atentados suicidas; Iyem Kammamji, implicado en el secuestro y asesinato de Eliyahu Asheri y fugado de la prisión de Gilboa; y Hussein Jawadrah, quien con 16 años mató a puñaladas al soldado israelí Eden Attias en un autobús.
Se incluyen también miembros del brazo armado de Al-Fatah, el denominado Tanzim, como Riyad Al-Amour, condenado por la muerte de nueve civiles y oficiales del Ejército, y Adnan Abiat, jefe de la organización en Belén.
La nómina de presos según el acuerdo incluye también a los responsables de ataques como el de Neve Yaakov (2002), el asesinato del coordinador del Shin Bet Haim Nachmani y el ataque suicida en el mercado Carmel, así como altos operativos de la Yihad Islámica y Hamás en Cisjordania.
El grupo militante palestino Yihad Islámica y combatientes de Hamás escoltan a la rehén israelí Arbel Yehud para entregarla a un equipo de la Cruz Roja en Khan Yunis
Entre los liberados habrá terroristas israelíes, como el responsable del asesinato de 11 personas en un autobús de Jerusalén (2002); Emad Shahada, por violación y asesinato; e Iman Kurd, condenado por apuñalar a dos policías. Otros casos incluyen a Nader Abu Turki, previamente liberado tras el acuerdo de canje del soldado Guilad Shalit, quien permaneció cinco años capturado por Hamás en Gaza, y que reclutó a un terrorista suicida y perpetró un ataque con armas de fuego.
Engrosan la lista Ahmad Siyag, autor de un apuñalamiento a una soldado israelí, y Zaid Ghanidi, jefe de una célula terrorista en Hebrón.
Reacciones y heridas abiertas
La excarcelación de presos palestinos de perfil radical reabre viejas heridas entre las víctimas y un agrio debate en la sociedad, especialmente a la luz de que el cerebro del 7 de octubre, Yahya Sinwar, fue puesto en libertad con motivo de un acuerdo de canje de más de un millar de presos por el soldado israelí Shalit en octubre de 2011.
La exclusión de líderes de alto perfil como Barghouti y Saadat busca equilibrar la tregua sin ceder a todas las demandas de Hamás, según analistas políticos.
Por otro lado, la expectativa de la población israelí tras dos años de conflicto, y especialmente la de las familias de las víctimas, es alta y mezcla de incredulidad y alivio por ver de regreso a los secuestrados y cerrar una guerra que deja cerca de un millar de bajas en el frente, aunque sea con el enésimo alto el fuego.
