Donald Trump junto a Xi Jinping en una imagen de archivo
China acusa a Estados Unidos de «doble moral» tras el nuevo aumento arancelario de Trump
Pekín denuncia la reactivación de la guerra comercial y advierte que las medidas estadounidenses dañan la confianza bilateral y ponen en riesgo las negociaciones económicas.
El Gobierno chino acusó este domingo a Estados Unidos de actuar con «doble moral» luego de que el presidente Donald Trump anunciara un incremento adicional del 100 % en los aranceles a las importaciones procedentes de China. La decisión, que reaviva la guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo, fue calificada por Pekín como una muestra más de la «presión económica injustificada» que Washington ejerce desde hace meses.
En un comunicado difundido en línea, un portavoz del Ministerio de Comercio de China sostuvo que el anuncio estadounidense «representa un típico ejemplo de doble rasero», y advirtió que las recientes acciones de Washington «han causado un daño grave a los intereses chinos y han socavado de manera significativa la atmósfera de diálogo entre ambas partes».
El conflicto comercial, que había mostrado señales de distensión en los últimos meses, volvió a tensarse el pasado viernes, cuando Trump decidió reactivar los gravámenes punitivos en respuesta a las nuevas restricciones impuestas por Pekín sobre la exportación de minerales de tierras raras. Estos minerales, esenciales para la producción de dispositivos electrónicos, automóviles eléctricos, sistemas militares y tecnologías de energía renovable, son un recurso estratégico del que China controla la mayor parte del suministro mundial.
Además de los aranceles, el mandatario estadounidense anunció controles adicionales sobre el software considerado de «importancia estratégica» y amenazó con cancelar la reunión prevista con su homólogo chino, Xi Jinping, programada para finales de mes. Según Trump, «de ninguna manera se debe permitir que China mantenga al mundo cautivo», en alusión al papel dominante del país asiático en el mercado global de materiales críticos.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente chino Xi Jinping
Las medidas estadounidenses se sumarán al actual 30 % de impuestos aduaneros que pagan los productos chinos al ingresar al mercado norteamericano, lo que podría elevar los costos de bienes de consumo y afectar a las cadenas de suministro internacionales. Por su parte, los gravámenes de represalia de China se mantienen en torno al 10 %, aunque fuentes diplomáticas en Pekín no descartan que se tomen «acciones proporcionales» en respuesta.
Desde el Ministerio de Comercio chino se subrayó que la amenaza constante de aranceles «no es el mejor enfoque para tratar con China» y que el camino adecuado debe ser el diálogo basado en la reciprocidad y el respeto mutuo. Sin embargo, la decisión de Washington marca un nuevo capítulo en una disputa que combina intereses económicos, tecnológicos y geopolíticos.
La nueva escalada comercial llega en un contexto global delicado, con mercados financieros pendientes de los efectos inflacionarios que podrían derivarse del aumento de los gravámenes y con un sector tecnológico que teme un endurecimiento de los controles de exportación. Observadores internacionales coinciden en que el pulso entre ambas potencias va más allá del comercio: refleja una lucha por el liderazgo en innovación, recursos estratégicos y poder económico en el siglo XXI.