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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente de Egipto, Abdel Fattah al-Sisi, firman el acuerdo en EgiptoAFP

Trump firma en Egipto el acuerdo de paz para Gaza rodeado de líderes mundiales

El presidente de Estados Unidos ha asegurado que las negociaciones sobre la segunda fase de su plan ya han comenzado

En tan solo 24 horas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha volado desde Washington D.C. hasta la capital de Israel, Tel Aviv, para pronunciar un discurso ante la Knéset –Parlamento israelí– en Jerusalén, convirtiéndose en el cuarto mandatario en dirigirse a los diputados hebreos, antes de viajar hasta la ciudad balneario de Sharm el Sheij, en Egipto, para rubricar su firma sobre su propio acuerdo de paz para la franja de Gaza. Trump ha sido recibido en la ciudad egipcia con la alfombra roja y carteles que daban las gracias al mandatario estadounidense por poner fin a una guerra que ha durado dos años y dos días.

Trump, rodeado de una treintena de líderes mundiales –entre los que se encontraban el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás–, fue saludando a todos uno por uno. Antes, el estadounidense se reunió con su homólogo egipcio, Abdelfatah El-Sisi, a quien alabó por su papel de mediador en las negociaciones entre Hamás e Israel. «Ha desempeñado un papel muy importante, se lo agradezco mucho», aseguró el republicano.

Durante este encuentro, en el que también estuvieron presentes el enviado especial de Estados Unidos, Steve Witkoff, así como el secretario de Estado, Marco Rubio, Trump anunció que las negociaciones sobre la conocida como «segunda fase» del acuerdo –en la que se incluyen temas espinosos como la completa desmilitarización de Hamás o la reconstrucción de Gaza– ya habían comenzado.

Donald Trump

«Empezó. O sea, empezó, en lo que se refiere a la fase dos. Y, como saben, las fases están un poco entrelazadas. Pueden empezar a limpiar. Mirad Gaza... necesita mucha limpieza. Por eso, cuando hablé de los escombros en mi discurso, usé la palabra escombros. Son escombros multiplicados por diez. Pero vamos a hacer un buen trabajo», dijo el presidente de Estados Unidos. En este sentido, también habló sobre la creación de la «Junta de Paz», encabezada por el propio Trump y el exministro británico Tony Blair –presente este lunes en Sharm el Sheij–, que servirá para supervisar un futuro Gobierno tecnocrático palestino. Una vez finalizada la reunión con El-Sisi y el besamanos, Trump se dispuso a rubricar su firma sobre el acuerdo de paz, flanqueado por los mandatarios de los principales países mediadores: Egipto, Turquía y Qatar, que también refrendaron el documento.

«Este es el día por el que la gente de toda esta región y de todo el mundo ha estado trabajando, luchando, esperando y rezando. Con el acuerdo histórico que acabamos de firmar, las plegarias de millones de personas finalmente han sido escuchadas. Juntos, hemos logrado lo imposible. Por fin, tenemos paz en Oriente Medio», prorrumpió Trump. Haciendo uso de su habitual retórica hiperbólica, el mandatario insistió en que esta jornada representa «más que el fin de la guerra en Gaza: con la ayuda de Dios, será un nuevo comienzo para todo Oriente Medio. A partir de este momento, podemos construir una región fuerte, estable, próspera y unida para rechazar de una vez por todas el camino del terror».

Mientras firmaba el documento, el estadounidense quiso subrayar la importancia de este momento, a pesar de que ni Israel ni Hamás enviaron representantes a la cita, diciendo: «Han hecho falta 3.000 años para llegar a este punto, ¿pueden creerlo? Y además va a durar». Trump ha presentado su plan de paz de 20 puntos para la Franja como un punto de inflexión no solo para el enclave palestino, sino también para todo Oriente Medio.

La primera fase de este acuerdo, que plantea la liberación de todos los rehenes israelíes aún en manos de la organización terrorista palestina a cambio de 2.000 presos palestinos, el repliegue del Ejército israelí y la entrada de ayuda humanitaria, parece cumplirse a grandes rasgos. Este lunes, mientras Trump aterrizaba en el aeropuerto de Ben Gurión, los primeros 20 rehenes vivos pisaban por primera vez desde hace dos años el territorio israelí. En el aire sigue la suerte de los 28 cuerpos sin vida, de los cuales Hamás solo ha entregado cuatro.

La segunda fase, sin embargo, es la que presenta más dudas, ya que incluye la desmilitarización de Hamás –a lo que el grupo fundamentalista se niega–, así como el despliegue de una Fuerza Internacional de Estabilización (ISF, por sus siglas en inglés) aún por definir, o la creación de un Gobierno tecnócrata palestino que deje fuera a la ANP de Mahmud Abás. Ante esta incertidumbre que planea sobre el futuro de Gaza, el presidente de Egipto fue claro al reivindicar el derecho de los palestinos a «su autodeterminación». «Los palestinos tienen derecho a su autodeterminación y hay que saber que la guerra no va a menoscabar su libertad», aclaró Abdelfatah El-Sisi. La cita no podía terminar de otra forma que con el primer ministro de Pakistán, Shehbaz Sharif, nominando a Trump para el Nobel de la Paz para el año que viene.

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