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Policías militares guatemaltecos tomarán parte de la Fuerza Internacional antipandillas que operará en Haití

Policías militares guatemaltecos tomarán parte de la Fuerza Internacional antipandillas que operará en HaitíJohan Ordonez / AFP

¿Podrá la Fuerza de Eliminación de Pandillas aprobada por la ONU poner fin al caos en Haití?

Detrás de la situación de Venezuela, la anarquía que existe en Haití y sus sangrientas consecuencias es el mayor problema de seguridad del Hemisferio Occidental

La dramática situación de Haití, olvidada en medio conflictos como el de Ucrania y Gaza, podría tener una nueva oportunidad de solución. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó la creación de una Fuerza de Eliminación de Pandillas (GSF).

La resolución impulsada por Estados Unidos y Panamá fue aprobada el 30 de septiembre con 12 votos a favor, tres abstenciones -de China, Rusia y Pakistán- y ninguno en contra.

La hasta ahora modesta y poco efectiva Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad en Haití (MSS, en inglés), liderada por Kenia, se reconvertirá en una fuerza antipandillas, de manera que se pasa de un enfoque defensivo y reactivo a uno ofensivo y proactivo para eliminar la amenaza que representan las pandillas en esa nación caribeña.

Las pandillas reinan en las calles de Puerto Príncipe en un Haití que ya comparan con Mad Max

Las pandillas reinan en las calles de Puerto Príncipe en un Haití que ya comparan con Mad MaxAFP

La Fuerza de Eliminación de Pandillas (GSF) incorpora elementos militares y no solo policiales en un intento de recuperar el control del 90 % de la capital, Puerto Príncipe, que actualmente está en manos de las bandas criminales.

La nueva iniciativa parte de la necesidad de reforzar los recursos, la logística y el equipamiento para detener la «dramática expansión» de las bandas (con unos 5.500 pandilleros bien armados) y que cuentan en sus filas con hasta un 50 % de menores de edad.

​En lo que va del año al menos 4.239 personas fueron asesinadas en Haití, según datos del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos

La nueva estrategia de seguridad incide en la importancia de proteger «infraestructuras críticas y de tránsito en coordinación con la Policía Nacional de Haití», tomando en cuenta de que el aeropuerto de la capital y los puertos están controlados actualmente por las pandillas con lo cual se apoderan de la poca ayuda humanitaria que llega.

Esta nueva «fuerza» ha sido aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU pero sin un vínculo ni el sello propio de Naciones Unidas, y es diferente a las misiones de paz que hasta 2017 hubieron en Haití, con lo que así se desliga de un hipotético nuevo fracaso.

Esperanzas renovadas

El presidente del Consejo Presidencial de Transición de Haití, Laurent Saint-Cyr, aplaudió el voto favorable a la iniciativa en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

«Este voto marca un giro decisivo en la lucha contra los grupos criminales armados que ponen de luto a nuestras familias, paralizan nuestra economía y amenazan el futuro de nuestra nación», apuntó Saint-Cyr.

Por su lado, el Gobierno de Kenia, hasta ahora involucrado en la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad en Haití (MSS), celebró como un «avance positivo» el despliegue de la nueva fuerza antipandillas en Haití.

«La nueva misión tiene un mandato sólido que incluye operaciones antipandillas basadas en inteligencia para neutralizar, aislar y disuadir a estos grupos», subrayó el ministro de Exteriores Korir Sing'Oei, quien defendió que, tras liderar la MSS y ser consciente de sus dificultades, Kenia «da la bienvenida» a la transición al nuevo despliegue.

Mientras tanto, el presidente de la República Dominicana, país que comparte la isla La Española con Haití y teme la expansión de las pandillas, señaló que la nueva iniciativa da «un paso decisivo hacia la estabilidad social, política y económica, no solo de Haití, si no de toda la región».

La República Dominicana «se siente orgullosa de haber contribuido a este esfuerzo y seguirá trabajando para promover la paz y la estabilidad en la región», expresó el presidente Luis Abinader.

Por su lado, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, artífice de la nueva misión, señaló que apuesta por un «rápido despliegue» de la nueva fuerza internacional e hizo un llamamiento para que otros países se sumen a este esfuerzo.

«Estados Unidos mantiene su compromiso de colaborar con las partes interesadas internacionales para apoyar el camino de Haití hacia la paz, la estabilidad y la gobernanza democrática. Hacemos un llamamiento a todas las naciones para que se unan a nosotros en este esfuerzo crucial», apuntó.

Venezuela y Rusia critican

El titular de Interior de la dictadura venezolana, Diosdado Cabello, culpó el pasado 1 de octubre al «imperialismo norteamericano», en referencia a Estados Unidos, de la crisis en Haití.

En su programa semanal transmitido por el canal estatal Venezolana de Televisión (VTV), el chavista dijo que en Haití «pasa lo que pasa por culpa del imperialismo norteamericano».

«A Haití no le perdonan ni le van a perdonar nunca que fue el primer territorio libre de América, nunca se lo van a perdonar, y cuando ellos ven que Haití está despertando, inmediatamente le caen encima de cualquier manera», señaló Cabello, quien está siendo buscado para ser capturado por narcotráfico.

En similar sentido se expresó el ministro de relaciones Exteriores de Rusia Serguéi Lavrov quien señaló el pasado 5 de octubre que no hay certeza de que Estados Unidos no desee vincular de alguna manera su guerra declarada contra los carteles de la droga en el Caribe con la situación en Haití.

Junto al ministro de Exteriores venezolano, Yván Gil, Lavrov criticó «los intentos de interpretar de forma extensiva la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU» para «centrar la atención que la lucha contra el narcotráfico venezolano, que supuestamente alimenta el crimen organizado en la región».

Mientras se despliegan las primeras tropas sobre el terreno, las pandillas avanzan y el pasado 9 de octubre se registró un intenso tiroteo en los alrededores del Palacio Nacional de Haití cuando se celebraba en el lugar el primer consejo de ministros de la autoridades de transición en 18 meses en el poder, obligando a evacuar a varios de los participantes y posponer la reunión.

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