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Lula y Trump se han reunido este domingo en Malasia

Donald Trump y Lula durante su reunión en MalasiaAFP

Trump y Lula ya son amigos: el presidente de EE. UU. rebaja el 40 % de los aranceles extraordinarios a Brasil

El pasado mes de julio Trump le impuso una tarifa adicional de hasta el 50 % sobre gran parte de las importaciones

El famoso poder de seducción de Lula parece haber hecho efecto en el presidente de Estados Unidos, aunque tampoco se descarta que sus renovadas buenas relaciones, sean fruto de haber llegado a un acuerdo sobre el futuro de Jair Bolsonaro y Nicolás Maduro.

Donald Trump, tras varios contactos con su homólogo brasileño comenzó a rebajar los aranceles extraordinarios que había impuesto a productos básicos de Brasil. La decisión se tradujo e la supresión del impuesto extraordinario del 40 % .

«Hoy estoy feliz porque el presidente Trump ya empezó a reducir algunos de los aranceles que había aplicado a ciertos productos brasileños», afirmó el presidente durante su discurso en la inauguración del Salón Internacional del Automóvil de São Paulo, que recoge Efe

El mandatario se mostró orgulloso de no haber respondido en caliente cuando en julio pasado Trump decidió imponer una tarifa adicional de hasta el 50 % sobre gran parte de las importaciones brasileñas por motivos principalmente políticos.

Yo no suelo tomar decisiones cuando tengo 39 grados de fiebre, espero a que me bajeLuiz Inacio Lula Da SilvaPresidente de Brasil

«Cuando el presidente de EE.UU. decidió imponer súper tarifas al mundo entero, todos entraron en crisis y se pusieron nerviosos», pero «yo no suelo tomar decisiones cuando tengo 39 grados de fiebre, espero a que me baje», explicó. «Porque si uno toma decisiones con la fiebre muy alta, va a cometer errores», añadió.

El Gobierno de Trump anunció este jueves que revocó los aranceles del 40 % adicional vigentes desde agosto pasado sobre ciertos productos brasileños, entre ellos la carne, el café y las frutas.

El líder republicano decidió meses atrás gravar una buena parte de las importaciones brasileñas en represalia principalmente por el juicio que llevó al expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro a ser condenado a 27 años de cárcel por intento de golpe de Estado.

Este hecho llevó a las dos mayores democracias de América a una crisis diplomática y comercial sin precedentes, incentivada además por uno de los hijos de Bolsonaro, el diputado Eduardo, quien se reunió con representantes de la Casa Blanca para promover sanciones contra su país.

Sin embargo, las tensiones se redujeron de manera considerable desde que Lula y Trump se encontraron en septiembre pasado en los pasillos de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York, donde surgió una «excelente química» entre ambos dirigentes.

A esa primera toma de contacto le siguió una llamada telefónica y, finalmente, una reunión presencial el pasado 26 de octubre, en Kuala Lumpur, en la que acordaron iniciar formalmente las negociaciones sobre la agenda comercial bilateral, hasta entonces bloqueadas.

Trump y Lula también quedaron en realizar en el futuro sendas visitas oficiales a Brasilia y Washington, respectivamente.

«Las cosas ocurren en la medida en que logramos ganarnos el respeto de las personas. Nadie respeta a quien no se respeta a sí mismo. Nadie. En política y en economía no hay magia. Uno tiene que hacer lo que es posible en el momento adecuado, sin tomar a nadie por sorpresa», manifestó Lula en el acto de este jueves.

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