Mercedes-Benz GLC SUV
Contaminación
La trampa de los coches microhíbridos para conseguir la etiqueta ECO
Los nuevos modelos híbridos no enchufables presentan un pequeño motor que ayuda, pero no impulsa el vehículo, aunque evita pagar impuestos
los coches microhíbridos, Mild Hybrid o coches de hibridación ligera (MHEV), se postulan para emprender la segunda revolución que permita implantar de una vez los coches eléctricos.
Sobre el parque móvil tenemos diversos grados de electrificación; por un lado, los híbridos, por otro, los híbridos enchufables, también tenemos los eléctricos y los llamados microhíbridos.
CO2 y costes
Las marcas buscan rebajar su nivel de emisiones de CO2, pero también rebajar los costes de sus modelos eléctricos que no acaban de romper el mercado como se espera. Siguen siendo coches algo más caros que los de gasolina o diésel que requieren de un complejo sistema de recargas públicas y particulares.
Jaguar F-Pace 300 Sport microhíbrido
La microhibridación es una solución parcial a la demanda de etiquetas ECO para poder circular y aparcar en las grandes ciudades.
El coche microhíbrido tiene un motor de combustión al que se le ha instalado una batería extra con un motor eléctrico que da apoyo al motor térmico del coche. En ningún caso este motor permite que el coche circule con su impulso, sirve solo para ayudar en arranques, paradas, start and stop o apagar el motor durante la marcha a velocidad de crucero para que el coche circule con su propia inercia sin consumir combustible.
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Este motor eléctrico suele ser de 48 voltios y se recarga en las frenadas o en los momentos de desaceleración del coche. Esa energía se utiliza en los casos inversos de ayuda al arranque o aceleración.
¿Trampa o truco?
La trampa o el truco es que apenas reducen el consumo, pero este sistema es suficiente para que la DGT les permita tener la etiqueta ECO y evitar impuestos. Si ya son polémicos los híbridos enchufables porque es imposible saber en qué modo circulan, los microhíbridos son ECO pero ya sabemos con seguridad que emiten CO2 al moverse.
Las marcas se han lanzado a por este tipo de coches en vista de que construirlos es más baratos y hasta pueden montarlos sobre carrocerías existentes. El problema es que se amparan situaciones verdaderamente absurdas, como coches de más de 500 caballos con etiqueta ECO en el parabrisas.
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