Delitos al volante
El anonimato de la madrugada invernal y las solitarias calles de un polígono industrial a las afueras de Soria fueron el escenario perfecto para una concentración ilegal de coches.
Al igual que ocurre en numerosas ocasiones en otras localidades, un festival de la velocidad y las imprudencias al volante que comienzan como una simple quedada de amigos para mostrar sus últimas adquisiciones con cuatro ruedas acaba como un gran premio en toda regla.
En todos los casos el perfil de los aspirantes a Fernando Alonso se repite: jóvenes pudientes con coches potentes y caros que les ha comprado papá. En muchos casos coches de alta cilindrada que carecen de ITV y de seguro, tal y como desvela la policía.
Conforme el alcohol y la adrenalina van restando facultades y prudencia a los jóvenes asistentes comienza la competición pura y dura, una competición en la que se llevan a cabo tanto pruebas de aceleración, las más habituales, como otras de velocidad pura y dura en la que los participantes arriesgan algo más que el coche –el pellejo– y en la que juegan además con la integridad del resto de ocupantes de la carretera.
En este caso concreto ha ocurrido en Soria, y la concentración fue desarticulada por un operativo de la Guardia Civil en colaboración con la Policía Local. Durante el desarrollo de la operación la Benemérita levantó tres denuncias por conducción temeraria, pero identificó a más de 70 personas y comprobó la documentación de los 30 coches allí citados.
Pero no se trata de un caso único ni mucho menos. En el pasado mes de octubre la Guardia Civil desarticuló una red de carreras ilegales en Zaragoza que reunía a más de 100 automóviles y motocicletas.
Aquí los participantes se dedicaban a realizar caballitos en las motocicletas y derrapes y trompos en los coches, todo ello jaleados por el centenar de asistentes. En todos los casos se trata de maniobras peligrosas y prohibidas por la actual Ley de Tráfico, que las tipifica dentro de la categoría de conducción temeraria.
La Guardia civil emitió más de 60 denuncias por conducción temeraria, una infracción que acarrea una multa de 500 euros y la pérdida de seis puntos del carnet de conducir. En casos extremos la Benemérita puede emitir una denuncia por delito contra la seguridad vial, que está tipificado con una pena de hasta dos años de prisión.
En este caso del barrio de la Cartuja de Zaragoza, los participantes contaban incluso con un vehículo que hacía las veces de taller que ayudaba en pequeñas reparaciones y realizaba cambios de ruedas en los automóviles. Como es habitual, ocurrió también en un polígono de la capital aragonesa, en concreto en el parque Tecnológico López Soriano.
Las quedadas tienen lugar en grupos blindados de Telegram, lo que obliga a la Guardia Civil a realizar investigaciones que en muchos casos duran meses hasta poder entrar en estos grupos y pillar a los participantes en pleno gran premio.
En abril de 2022 la Guardia Civil puso en funcionamiento el operativo TodoGasGC en Gran Canaria, un nombre alusivo a la famosa película norteamericana, que le permitió detener a 42 participantes, a la vez que intervino 40 vehículos.
En Madrid hay constancia de carreras ilegales nocturnas en el anillo de la M-30. En este caso la policía no ha podido intervenir de forma contundente para desarticular las quedadas, aunque puntualmente sí ha multado a varios vehículos que circulaban a gran velocidad y con las matrículas de los coches tapadas. De nuevo conductas tipificadas como conducción temeraria y que en este caso son constitutivas de delito por vía penal.
Pero las quedadas ilegales van mucho más allá: en algunos casos se convierten en verdaderas timbas en las que los participantes se llegan a jugar los coches contra el crono.
En el caso de la N-131 de Madrid, carretera que une Torrelaguna con el embalse del Atazar, los vecinos del municipio reconocen que en las largas noches de verano se escuchan acelerones brutales frenazos y derrapes en la impunidad de la noche. En este caso los participantes cuentan incluso con contramedidas de vigilancia, coches que ubicados estratégicamente cortan los tramos de la carretera y dan aviso en caso de que la Guardia Civil haga su aparición.
Esta carretera es conocida por la gran cantidad de motoristas fallecidos en las cunetas, que están jalonadas por decenas de cruces en su recuerdo. Escenario junto al desafortunadamente famoso puerto de la Cruz Verde de algunas de las gestas más ‘importantes’ del automovilismo ilegal español.
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