Tesla Model S, uno de los eléctricos más populares, pero no de los más vendidos

Tesla Model S, uno de los eléctricos más deseados, pero no de los más vendidos

Vehículo ecológico

Lo que nadie te cuenta cuando te compras un coche eléctrico

No es oro todo lo que reluce en el mercado de los coches eléctricos. A los problemas de recarga hay que sumar también alguno de mantenimiento

Una de las principales ventajas que se valoran a la hora de comprar un coche eléctrico es su bajo mantenimiento. Se trata de esquemas mecánicos muy sencillos, con muy pocas piezas que apenas necesitan mantenimiento, incluido el propio motor.
Las revisiones están más espaciadas que en los coches con motor térmico y se limitan a engrasar determinadas partes y cambiar fluidos como el líquido de frenos. Es cierto que las baterías son caras cuando se rompen, pero suelen estar garantizadas por ocho años.

Coches 'come-neumáticos'

Pero es habitual que los propietarios de un coche eléctrico descubran a los pocos meses de uso que se trata de verdaderas máquina ‘come-neumáticos’.
Independientemente de la conducción que realicemos, el elevado peso de estos coches junto con la alta cifra de potencia y par instantáneo que es capaz de generar el motor provoca un desgaste prematuro de las gomas.
Incluso los más económicos, como el Renault Zoe, gastan ruedas de forma prematura

Incluso los más económicos, como el Renault Zoe, gastan ruedas de forma prematura

Este tipo de coches maltrata los neumáticos con desgaste prematuro y literalmente arrancan trozos de goma de los neumáticos si realizamos una conducción deportiva.
De hecho los coches eléctricos no salen de fábrica con ruedas normales, sino que usan 'familias' de neumáticos especiales diseñados ex profeso para su utilización en estos vehículos.

Compuestos especiales

Para ello los fabricantes de gomas como Michelin o Continetal trabajan con componentes especiales mucho más resistentes, a lo que se suma unas carcasas y flancos más firmes para resistir el superior peso y las brutales torsiones que se generan en las aceleraciones y los frenados.
Pese a parecer iguales, fabricación y materiales cambian

Pese a parecer iguales, fabricación y materiales cambian

El problemas de estas ruedas es que obviamente son más caras que las convencionales, y que no es tan habitual encontrarlas disponibles en el stock de los fabricantes de neumáticos, porque lógicamente al venderse tan pocos coches eléctricos no es un recambio que se use habitualmente, por lo que deben pedirlo a fábrica, lo que supone unos días de espera.

Un 50 % más caros

Es cierto que existe la posibilidad de utilizar neumáticos normales, siempre que sus especificaciones soporten el peso del vehículo, pero al ser más blandos cabe la posibilidad de que nos duren un suspiro...
Pero la peor de las noticias es que los neumáticos específicos para vehículos eléctricos pueden tener un precio un 50 % superior a los convencionales, refiriéndonos siempre a medidas estándar.
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