Combustible
Hace ya más de 20 años, concretamente en 2003, que la popularización de los teléfonos móviles obligó a la administración a prohibir la utilización de los mismos en las gasolineras, al igual que está prohibido fumar y otras conductas de riesgo.
Hay que recordar que los gases de los combustibles son altamente inflamables. Al repostar combustible se generan muchos gases que puede arder con facilidad y provocar una deflagración muy grave.
De hecho, en aquella época hubo constancia de varios incidentes de este tipo en estaciones de servicio de todo el mundo.
A partir de entonces se prohibió hablar por el teléfono móvil en las gasolineras, considerándose una falta leve sancionada con una multa de 100 euros. La realidad es que es una norma de difícil aplicación y a día de hoy no es sencillo conocer a nadie al que hayan sancionado por hablar con el teléfono móvil en una gasolinera, como mucho un mero apercibimiento.
Según explican miembros de los bomberos, ese riesgo casi ha desaparecido con los nuevos móviles con pantalla táctil. El gran peligro de hace años eran las teclas de los teléfonos, que podían generar alguna chispa al accionarlas y provocar con ello un incendio en contacto con los gases.
Es exactamente el mismo motivo por el que cuando hay un escape de gas está absolutamente prohibido accionar los interruptores de la luz.
Pese a ello, los mismos bomberos que explican que a día de hoy esta normativa carece de mucho sentido dicen que en contacto con gasolina y sustancias inflamables más vale tener precaución, por lo que no merece la pena cambiarla.
Lo que no acaba de entenderse es que no se pueda hablar por el móvil pero sí pagar con el teléfono en el interior de las instalaciones de una estación de servicio
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