Actualmente existen actualmente casi ocho millones de coche sin etiqueta
Emisiones
Las ciudades españolas en las que los coches sin etiqueta son bienvenidos
El cambio de de corporaciones que ha tenido lugar como resultado de las recientes elecciones ha llevado a que numerosas ciudades replanteen sus Zonas de Bajas Emisiones
Los cambios en las corporaciones municipales que trajeron consigo las elecciones a los ayuntamientos del pasado 28 mayo anticiparon un verdadero terremoto de modificaciones en todo lo relacionado con las zonas de bajas emisiones (ZBE).
Semanas después de la constitución de la mayoría de los consistorios de las principales ciudades de toda España se está poniendo sobre la mesa una revisión de las ZBE.
Plan europeo
La puesta en funcionamiento de las ZBE forma parte de plan de la Unión Europea para la descarbonización de la atmósfera dentro de su territorio, que también lleva de la mano la electrificación del automóvil.
El coche de combustión se ha convertido en el gran enemigo para la Unión Europea
Es cierto que la UE ha marcado unos objetivos muy ambiciosos que culminan con la completa eliminación de las emisiones de gases con efecto invernadero, fundamentalmente el carbono, en 2050, pero deja en manos de los gobiernos de cada país miembro el articulado legislativo y las medidas para lograrlo.
Las medidas de España
En el caso de España, el gobierno de Pedro Sánchez delegó en la DGT para que llevara a cabo el marco legal adecuado que permitiera a los ayuntamiento de las ciudades de más de 50.000 habitantes la puesta en funcionamiento de estas ZBE, que supone tácitamente la expulsión de más de ocho millones de coches de los entornos urbanos.
Para ello la DGT desarrollo el actual sistema de etiquetas medioambientales , además de crear un marco legal que permite a estos ayuntamientos articular las limitaciones a la circulación que crea conveniente en función de estas etiquetas, multando a los infractores con 200 euros.
Los tribunales han parado las Zonas de Bajas Emisiones de algunas ciudades españolas
La realidad es que esto ha sumido en el caos a las más de 149 ciudades españolas obligadas a desarrollarlas. Por un lado la gran mayoría aún no ha sido capaz de ponerlas en funcionamiento, pues la complejidad técnica es importante, y por otro los conductores viven sumidos en el desconcierto, pues ciudades que apenas distan un par de kilómetros aplican diferentes legislaciones como Madrid y Alcobendas.
De Madrid al cielo... en grúa
Algunas ciudades como Madrid han optado por prohibiciones en función de las etiquetas, sin más, mientras que otras han establecido franjas horarias en las que pueden circular los coche sin etiqueta. Otras permiten circular pagando un peaje o un número de entradas al mes. El desconcierto es total.
La situación bordea tanto la ley que en Madrid, Barcelona o Gijón ya existen sentencias en firme de los tribunales de justicia que han supuesto la cancelación de las ZBE o su completa modificación.
En Gijón los coches sin etiqueta pueden volver a circular y aparcar
En otros ayuntamientos en los que Vox ha logrado gobernar en solitario o en compañía del PP, ya se están replanteando e incluso echando atrás las ZBE. Es el caso de Gijón, donde esta misma semana la alcaldesa de Foro Asturias, Carmen Moriyón, que gobierna junto al PP y Vox ha declarado su intención de retirar el recurso que había contra la sentencia de anulación de las Zonas de Bajas Emisiones, lo que hará obligatorio replantearlas por completo.
Valladolid, Gijón, Murcia, Elche...
Otras ciudades como Valladolid, Castellón y Elche siguen el mismo camino. En Valladolid, PP y Vox firmaron un pacto para modificar la ordenanza municipal de puesta en funcionamiento de las ZBE, de forma que afectaran lo mínimo posible a la población.
Algo parecido a lo ocurrido en Elche, donde PP y Vox han asegurado también que no restringirán el tráfico en el casco histórico ni en su entorno.
Mientras, en Murcia, Vox ha expresado ya públicamente sus quejas al consistorio del PP por seguir adelante con las ZBE tal y como estaban diseñadas inicialmente y cortar a la circulación arterias como la Gran Vía y la Avenida de la Constitución.
A buen seguro que aunque sean las primera, no van a ser las únicas ciudades en las que los coches sin etiqueta van a ser bienvenidos.
