Gritos y discusiones en el autocine de Madrid por un problema en los coches

Lo que parecía una tranquila noche de verano en un autocine se convirtió en una ardua polémica mientras Barbie y Ken resolvían sus diferencias entre la vida real y sus mundos de fantasía.

Los coches de los espectadores iban aparcando en las zonas habilitadas. Las palomitas, hamburguesas, pintacaras y otras actividades daban impulso a una de las películas más taquilleras de los últimos años.

Luces encendidas

Según se acercaban las 10 de la noche, los conductores y sus familias se introducían en los coches dispuestos a ver el filme y a escuchar en la radio el audio sintonizando el dial de turno en la zona.

Todo iba bien hasta que los motores empezaron a rugir, las luces delanteras se encendieron y las traseras enrojecieron los cristales delanteros del resto de coches. Una situación que pudieron controlar los dueños de los coches más antiguos, pero que desesperó al resto que no supo dominar el juego de luces y sonido de sus flamantes vehículos.

Los motores estaban encendidos porque muchos querían seguir las aventuras de Barbie con las ventanillas subidas y el aire acondicionado encendido. Eso provocaba que las luces de posición y de cruce se encendieran, lo que deslumbraba a los espectadores de delante y también a los de detrás. En algunos casos y de manera incomprensible, los conductores mantenían pisado el freno lo que encendía la tercera luz trasera de freno y hacía imposible ver la película.

Las quejas entre conductores provocaron momentos de tensión porque muchos no eran capaces de apagar las luces y mantener el motor encendido ya que el modo 'Auto' ha conseguido que quede en el olvido aquello de tocar los interruptores. Hay quién ya ni recuerda como activar las luces largas porque algunos coches las incorporan de manera automática.

Sin radio

Los que apagaban el coche pensando que eso apagaría las luces, también hacían lo propio con la radio por lo que no podían escuchar el audio de la película.

Los autocines empiezan a conocer estos problemas entre los conductores y toman medidas como tapar la parte delantera y trasera de los vehículos para evitar que se deslumbren entre ellos.

El problema es cuando algunos más intransigentes no quieren poner solución a estas molestias y se niegan a apagar las luces o a permitir que adhieran lonas a su coche para reducir la luminosidad.