¿Pueden prohibir la entrada de coches eléctricos e híbridos a los aparcamientos por el riesgo de incendio?

Sin entrar en polémicas en torno a si los coches eléctricos arden con mayor frecuencia que los vehículos de combustible tradicional o no, la realidad es que cada vez que un coche eléctrico o híbrido sale ardiendo se convierte en un verdadero problema para los bomberos.

Para empezar conviene matizar que el coche en sí no es lo que arde, sino que el origen del problema está en las baterías de litio. De hecho, hace ya años que alguna compañía aérea prohibió viajar con determinados móviles en el bolsillo porque tal y como se demostró, su batería tenía tendencia a la combustión espontánea.

Un híbrido enchufable

Este problema de combustión espontánea no se ciñe sólo a los coches eléctricos, sino que los vehículos híbridos con batería de litio están en la misma situación, tal y como se demostró recientemente en Madrid, cuando un Volvo XC60 híbrido enchufable ardía de forma espontánea en la tercera planta del aparcamiento cuando estaba cargando.

Tal y como puede comprobarse en las imágenes de los bomberos, el coche tiene aún la manguera de carga conectada en el lado izquierdo del vehículo.

Inercia térmica

El problema de este tipo de incendios es que las baterías eléctricas generan muchísimo calor en su combustión como consecuencia de las sustancias químicas que las componen, que llegan a generar explosiones. Se trata de un fenómeno de fuga térmica, tal y como explican, lo que hace que las llamas se extiendan con facilidad a otros vehículos.

El riesgo es menor si el coche está en la calle, pero cuando está aparcado en un garaje la situación es mucho más tensa, pues puede provocar que arda el edificio completo.

En este caso y tal y como se demostró recientemente en Madrid, la intervención temprana de los bomberos es especialmente importante. Según explica José María Nadal, jefe de guardia de los bomberos de Madrid, la prioridad en este tipo de incendios es evitar que las llamas se extiendan a los vehículos cercanos, tal y como hicieron en el aparcamiento del centro comercial.

Prioridad: aislar el coche

Una vez controlada la propagación de las llamas la prioridad es apagar el vehículo incendiado, para lo cual es clave bajar la temperatura de la batería con grandes cantidades de agua proyectadas directamente sobre la batería. En este caso la dificultad es acceder a la misma, pues en muchos coches está demasiado encapsulada.

Tal y como hicieron en el incendio de Madrid, el último paso es sacar el vehículo del garaje a la calle lo antes posible, pues en este tipo de incendios eléctricos no es raro que las llamas vuelvan a hacer de las suyas al cabo de las horas.

Hace menos de dos años que la ciudad alemana de Kulmbach prohibió la entrada a estos coches en aparcamientos públicos por el riesgo de incendio, aunque a día de hoy parece algo anecdótico.

Más urgente sería controlar el peso de estos coches en los aparcamientos de varias plantas, pues al ser mucho más elevados que los coches normales ha llegado a provocar el derrumbe del alguna planta.