La polémicas con las etiquetas DGT no ha hecho más que comenzar
Bajas Emisiones
El error de la DGT que ha obligado a cambiar la etiqueta a miles de coches
Desde su puesta en activo por la DGT en 2016 el sistema de etiquetas ha sufrido algunos cambios por problemas de funcionamiento
La historia de las etiquetas de la Dirección General de Tráfico (DGT)se remonta a 2016, cuando el organismo decidió clasificar a todos los automóviles en función de sus emisiones contaminantes.
Lo que no nos contó entonces la DGT es que años después esa clasificación serviría para limitar la circulación de más de siete millones de coches en todo el territorio nacional.
Falta criterio
A día de hoy que un coche no tenga etiqueta de la DGT equivale a un certificado de defunción, pues significa que sus días están contados.
Los coches sin etiqueta y los etiqueta B irán desapareciendo progresivamente
Inicialmente los coches fueron clasificados en función de su fecha de matriculación, por los años, suponiendo que coincidiría con las normas Euro que se supone que cumplen. Pero nada más lejos de la realidad, pues hay coches que cumplían las normas Euro por adelantado, es decir que por año de matriculación les corresponde una etiqueta pero por emisiones de CO2 tienen acceso a una superior.
La clasificación de etiquetas creada por la DGT en 2016 y vigente hoy establece lo siguiente.
Etiquetas DGT
Esta clasificación por años provocaba numerosas injusticias, pues había coches que cumplían condiciones para mejorar su etiqueta pero por año no era posible. Entonces la DGT se vio obligada a improvisar un sistema de correcciones.
Etiquetas 2.0
Para ello el propietario debe verificar la norma Euro que cumple su coche, un dato que suele aparecer en la ficha técnica y que depende de las emisiones, una cifra que actualmente es obligatorio. Por ejemplo, la normativa Euro VI actual establece 120 y 90 gramos de CO₂/km para diésel y gasolina.
La batalla por las etiquetas promete ser larga
Los propietarios de vehículos en estas circunstancias deben solicitar al fabricante un certificado, con el que debería corregir la ficha técnica en una estación de la ITV, por último presentando la ficha técnica en la DGT le deberían actualizar a la etiqueta correspondiente, o darle una B en caso de no disponer de ella inicialmente. Un trámite denominados de anotaciones y que cuesta ocho euros.