Carburante
Parece que la subida de los combustibles ha llegado para quedarse, lo que parecía ser la típica variación de precio estacional de los carburantes durante la época estival, se mantiene incluso un mes después.
Con la gasolina y el gasóleo en carrera ascendente hacia los dos euros por litro, muchos conductores optan por fórmulas de descuento para ahorrarse unos euros.
En este punto entran en juego los hipermercados, uno de los protagonistas de este tipo de acciones, pues suelen fidelizar a los clientes con descuentos que pueden llegar a 20 o 30 céntimos por cada litro de combustible, siempre unido a que hagamos la compra en el establecimiento y lo justifiquemos con un ticket.
En la mayor parte de los casos se trata de un descuento directo sobre el ticket de compra, nada de acumulación de puntos, céntimos ni fórmulas similares.
Es el caso de Aldi, Carrefour, Auchan, Lidl, Costco e incluso Hipercor. Es cierto que algunas como Hipercor o Lidl tienen acuerdos con grandes petroleras como son Repsol o Galp respectivamente, en cuyo caso estamos hablando de combustibles de primera división en los que no cabe la menor duda de su calidad.
En las mismas nos aplican un descuento sobre el precio marcado teniendo en cuenta la promoción vigente en cada momento, que va variando.
Otras superficies operan sus propias gasolineras, que incluso están rotuladas con los nombres de los hipermercados. Lo cierto es que en estos casos la gasolina base parte de los mismos centros de distribución y refinerías que tiene en España Repsol, Campsa o BP, y es distribuida a través de la empresa Exolum. Por lo que estamos hablando de los mismos combustibles en esencia.
Luego son las estaciones de servicio las que se encargan de los aditivos que les echan, que aquí es donde está la gran diferencia.
A día de hoy los controles de calidad son exigentes y es complicado que combustible de baja calidad llegue a la cadena de consumo. No ocurre lo mismo con el estado de las estaciones de servicio, que es donde pueden producirse problemas de calidad en el combustible.
Las gasolineras antiguas con tanques viejos tienen residuos e impurezas en los depósitos que finalmente acaban en los coches y es lo que acaba por estropearlos, tanto el propio motor como los sistema de catalización.
Por ello conviene escoger siempre gasolineras en buen estado de conservación y lo más modernas posibles.
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