Tráfico insólito
Tal y como suele suceder en la vida real, no es extraño que la realidad supere la ficción, al menos esto es lo que debió pensar una pareja de agentes de la Guardia Civil de Tráfico cuando pararon a auxiliar a un coche con un remolque de gran tamaño que se encontraba parado junto a un área de servicio con pinta de estar averiado.
Al acercarse al vehículo, detenido en Almuradiel, al pie de la autopista A-4, los agentes de la Benemérita descubrieron que aquello no era muy normal, pues para empezar el conductor estaba dormido dentro del coche junto a sus tres acompañantes.
Su segunda sorpresa fue descubrir que la matrícula del remolque estaba fabricada con un cartón y un rotulador, con el que habían escrito el código identificativo a mano alzada, un verdadero despropósito independientemente de que el vehículo no fuera de nacionalidad española.
Pero la sorpresa fue in crescendo conforme descubrían el resto del contenido de la carga del remolque, primero aparecieron 300 jamones perfectamente apilados, junto a los que había decenas de bultos negros cuidadosamente colocados y envueltos con precinto negro.
En este caso se trata de un cargamento de 140 cartones de tabaco (1.400 cajetillas), 80 kilogramos de picadura de tabaco para liar y 500 paquetes más de tabaco en hebra. Por supuesto los ocupantes del vehículo no fueron capaces de aportar factura de ninguno de los productos encontrados en el vehículo excepto de los jamones, por lo que el cargamento fue confiscado por la policía y puesto a disposición de las autoridades competentes.
Una curiosa carga valorada en algo menos de 15.000 euros, una cantidad que lejos de lo que parece no estaba elegida tan a la ligera como parece, pues su valor de mercado no supera una pena de sanción administrativa, tal y como explican los agentes.
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