Carburante
Hace ya meses que venimos informando de un fraude sobre los combustibles que afecta ya a más de 2.000 estaciones de servicio de las aproximadamente 12.000 existentes en España.
Tal y como explicamos en su momento, el fraude afecta ya a miles de litros de combustible, que llegan hasta las estaciones de servicio a través de intermediarios oportunistas que crean una empresa dedicada a la distribución de carburantes y la cierran antes de cumplir tres meses.
De esta manera se evitan liquidar el IVA con el Gobierno, lo que les permite obtener un margen de beneficio extra con el que pueden vender el litro de gasolina por debajo de coste a los minoristas, que a su vez lo venden a los consumidores más barato de lo normal.
Este problema comenzó en 2015, cuando el Gobierno cambió la ley y permitió la entrada de minoristas en a distribución del combustible en España para tratar de aumentar la competitividad.
Las estaciones de servicio de primeras marcas han dejado de comprar a estos distribuidores hace ya tiempo, con lo cual han centrado su negocio en determinadas gasolineras low cost que en muchos casos están operadas por particulares que compran el carburante al mejor postor.
Tras meses así, recientemente se han detectado problemas de averías en coches que habían reportado en varias gasolineras andaluzas, la última de ellas en Algeciras, en la que se averiaron hasta una treintena de coches.
Previamente en Granada y Almería también se detectaron problemas similares en otras gasolineras de combustibles baratos, con lo cual podríamos sospechar que alguno de estos distribuidores haya servido una partida de carburante con problemas de calidad que podría haber afectado a los motores.
Inicialmente el problema podría estar relacionado con la presencia de partículas y suciedad disuelto en el propio carburante, lo que acaba por atascar los filtros y el propio motor, en una avería que puede ser de miles de euros.
Los motores diésel son más sensibles a estas impurezas, fundamentalmente por tener unos conductores de inyección mucho más finos.
En caso de sospechar que pueden haber estropeado un vehículo con carburante adulterado conviene moverlo lo menos posible, llamar una grúa que lo lleve al taller y posteriormente reclamar a la gasolinera, que debería contar con un seguro para estas situaciones.
En cualquier caso la avería puede obligar a sustituir depósito de combustible, todos los conductos por los que ha pasado el carburante y la inyección como mínimo.
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