Carlos Sainz y su copiloto Luis Moya en 1991

Carlos Sainz y su copiloto Luis Moya en 1991

Seguridad vial

Cuando la DGT lograba reducir los accidentes con consejos de Carlos Sainz y no con radares

Las campañas de terror que acostumbra a hacer la DGT ya no causan el efecto esperado entre los conductores, al igual que ocurre con los radares de carretera

Corría el año 1989 cuando Carlos Sainz y su copiloto Luis Moya daban el salto al Mundial de Rallies de la mano de Toyota, una escudería con la que conseguiría ganar el Campeonato en 1990 y 1992 al volante de un Celica. Probablemente los títulos más importantes de su carrera deportiva.

Más formación

Entre medias, en 1991, la DGT recurría al genial piloto español y a su copiloto para ser los protagonistas de una de las tradicionales campañas de seguridad de la DGT, cuando en vez de asustar a los conductores con anuncios sanguinolentos o con el brutal número de radares que les iban a perseguir en carretera, se preocupaba por llevar a cabo una labor didáctica entre los conductores que ahora se echa de menos.
Zombis, muertos y accidentes en las campañas de la DGT

Zombis, muertos y accidentes en las campañas de la DGT

En este momento Carlos Sainz estaba dentro de la disciplina del equipo Toyota con el mítico Celica y era lo más de lo más dentro del deporte español y más en concreto del automovilismo, pues acababa de vencer el Mundial de la categoría.

Punto de inflexión

En 1991 fallecieron 5.700 personas en carretera por accidente de tráfico, una cifra que marcó un punto de inflexión dentro de la siniestralidad española, en ese momento Miguel Muñoz era el director general de la DGT.
Carlos Sainz y Luis Moya en otro fotograba del anuncio

Carlos Sainz y Luis Moya en otro fotograba del anuncio

En el anuncio se puede ver a Carlos Sainz al volante de su Toyota de calle camino de la salida de una carrera, donde da una lección de corrección y buenas maneras al volante mientras conduce en carretera abierta. Finalmente se enfunda guantes y casco acompañado de su copiloto Luis Moya.
A día de hoy la realidad de la siniestralidad en carretera es que no solo no está bajando sino que el número de fallecidos por accidente muestra una tendencia ascendente los últimos años.
De hecho se trata de una situación que preocupa a nivel general en toda Europa, donde los resultados no terminan de ser buenos pese a haber firmado hace años el compromiso por alcanzar los cero fallecidos por accidente en 2050.
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