Seguridad vial
Los datos de siniestralidad en España y en Europa son extremadamente malos en lo que va de año, con un incremento de los decesos por accidente de tráfico superior al 15 %. Unos datos que han obligado a la DGT a adoptar un paquete de medidas de urgencia para tratar de contener la sangría.
Entre las medidas urgentes llama la atención la puesta en funcionamiento de lo que la DGT ha denominado controles de alcoholemia 'masivos', un término que expresa con claridad meridiana cómo van a ser.
En este caso la DGT tiene pensado poner en funcionamiento más controles y que además en estos controles se haga soplar al mayor número de conductores posible. En este caso el ministro ha anticipado que espera que este año tengan que soplar en un control uno de cada cuatro conductores.
En cifras puras y duras, este año la DGT espera llevar a cabo unos 6 millones de controles de alcoholemia, 400.000 más que el año pasado, que se combinarán con hasta 120.000 controles de drogas, unos 20.000 más que en 2023.
Estos controles serán realizados de día y de noche y como hemos dicho la intención es que paren y hagan soplar a prácticamente todos los conductores que pasan por la carretera en cuestión, sin distinguir por sexo, edad o condición.
La DGT tiene interés en que los conductores perciban la presencia de estos controles para que tomen conciencia de lo que les puede ocurrir si beben y se ponen al volante.
En la actualidad la sanción por dar positivo en un control de alcoholemia va de 600 a los 1.000 euros, a lo que se añade la retirada de entre 4 y 6 puntos del carnet de conducir. Sin dejar de lado las consecuencias penales de cárcel y antecedentes en caso de tener un accidente.
Esta medida es paralela a la puesta en funcionamiento de casi un centenar de nuevos radares de velocidad, de los cuales un 60 % serán de tramo.
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