¿Llega la segunda vida para los coches fúnebres?

¿Llega la segunda vida para los coches fúnebres?

Insólito

Nueva cámper pompas fúnebres, la caravana más siniestra para dormir a pierna suelta

Sin duda una solución algo macabra pero que va a permitir a su propietario disfrutar de los necesarios períodos de sueño e intimidad

Tal y como dirían los modernos del Gobierno, las tensiones derivadas del elevado precio de las viviendas están obligando a los jóvenes a buscar soluciones habitacionales de lo más diverso.

En este caso desde la isla de Ibiza nos llega la peculiar solución de un joven que ha decidido convertir un vehículo fúnebre en su residencia.

Un transformación rápida

Técnicamente la transformación ha sido relativamente sencilla, pues se ha limitado a colocar un colchón en la zona en la que habitualmente viaja el fallecido.

El interior se deja ver a través de la ventanilla trasera y lateral

El interior se deja ver a través de la ventanilla trasera, un colchón y poco más

El disparatado precio de los alquileres conforme se acerca el verano ha obligado a los trabajadores temporales de la isla a buscar soluciones de lo más variopinto, desde compartir vivienda hasta vivir en habitaciones o directamente en los coches, una verdadera barbaridad.

No hay donde dormir

En este caso la solución de este joven ha sido adaptar este coche fúnebre, que puede comprarse por entre 1.000 y 2.000 euros en cualquier web de vehículos de segunda mano.

El lateral tapado por las cortinas

El lateral tapado por las cortinas

Lógicamente los comentarios en las redes sociales no se han hecho esperar y son de los más jocosos y originales, desde «estoy muerto, me voy a dormir», hasta la mejor solución para «soñar con los angelitos», para «dormir de muerte» o «para buscar el descanso eterno», todo ello sin dejar de lado el detalle de que las cortinas le van a permitir disponer de la intimidad necesaria.

En este caso el propietario no debería tener problemas con la Policía Local siempre que no saque del vehículo accesorios como sillas o mesas y siempre que no vierta líquidos en la vía pública. Al menos esto es lo que dice la legislación sobre acampada.

Del mismo modo tampoco debería tener problemas a la hora de moverse por la isla y viajar, pues el vehículo está autorizado siempre que tenga seguro en vigor, aunque sólo pueden viajar dos personas, pues detrás no hay cinturones ni asientos.

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