
Un control de carretera de la Guardia Civil
Seguridad vial
La pregunta indiscreta que la Guardia Civil está obligada a hacer en los controles de carretera
Conviene saber que en ocasiones no estamos obligados a responder a determinadas preguntas que nos hagan los agentes, sobre todo si puede que nuestra respuesta no sea verdadera
La Guardia Civil y la Policía Municipal pone cada día miles de multas en España, multas por infracciones más o menos justificadas pero que el conductor se ve obligado a pagar religiosamente la mayor parte de las veces.
Conviene saber que muchas veces los propios agentes que paran a un vehículo no saben cuál es la infracción exacta que cometía un conductor o si realmente estaba infringiendo el Reglamento General de Conductores o es una sensación suya.
Denuncia errónea
Es por ello que desde la formación se les enseña a hacer a los conductores una pregunta retórica que puede parecer de los más inocente pero que permite conocer a los agentes infracciones que no saben a ciencia cierta que el conductor había cometido.

La pregunta es siempre obligada
En concreto la pregunta es: «¿Sabe uste por qué le he parado, verdad? Llegados a este punto lo normal es que el conductor responda: “por ir un poco más rápido de lo permitido» o «por estar hablando por el móvil...» lo que sirve como confesión para que el agente sepa qué es lo que ocurría en concreto.
Confesión involuntaria
Así, frente a esta pregunta los abogados expertos en tráfico explican que lo mejor es responder que no lo sabes y no dar pistas al agente, que debería saber perfectamente la razón por la que nos ha parado.
De hecho puede que inocentemente le digamos que es por ir un poco más rápido de lo permitido y no sea cierto y circuláramos a una velocidad perfectamente legal o que nos hemos saltado un semáforo o una señal de stop y no sea verdad.

Antes de confesar debemos estar seguros de que hemos cometido una infracción
De esta forma podemos ser incluso cómplices de una multa absolutamente injusta pues puede que estuviéramos equivocados y nos estemos autoinculpando injustamente. Algo exactamente igual que ocurriría si pasamos un semáforo antes de estar en rojo pero pensamos que nos pueden haber parado por ese motivo.