La clave está en esconder bien los billetes
Práctico
Un mecánico revela el truco para aprobar la ITV siempre a la primera: «Este coche está como nuevo»
Este curioso truco fuera de lo convencional nos permitiría conseguir la ansiada pegatina en casi cualquier vehículo
En torno a un 20 % de los coches que se presentan a la ITV suspenden en la primera inspección, de estos hasta el 90 % aprueban en la segunda convocatoria, una prueba que termina con decenas de coches en los desguaces.
Hace ya tiempo que la ITV está endureciendo los criterios para aprobar, hasta el punto de que ya se conectan a la centralita del coche para comprobar el estado real del vehículo, las emisiones y el consumo de combustible.
Conectados a la centralita
Las luces, los neumáticos y las emisiones del motor suelen ser los motivos más habituales de suspenso en la prueba, elementos que conviene revisar siempre antes de presentarnos a examen.
Billete aquí, billete allá, las cosas son siempre más fáciles
Es por ello que muchos conductores se las ingenian de la manera que sea para tratar de sacar delante la ITV de su coche, aunque sea con técnicas poco convencionales. A caballo entre la leyenda urbana y la realidad, este trabajador de la ITV nos desvela un truco que usan algunos conductores o que al menos usarían si se atrevieran a ello.
Billetes escondidos
En este caso la clave está en dejar escondidos estratégicamente algunos billetes para el examinador, de manera que conforme vaya revisando determinadas partes en los bajos del coche se los va encontrando.
La rotula de la dirección está como nueva
Por supuesto que se trata de una recreación en tono humorístico, pues lógicamente si alguien tratara de comprar el aprobado de un técnico de la ITV estaría cometiendo un delito.
Conviene saber que tratar de sobornar a un funcionario público es un delito que se sanciona con penas de prisión y una multa económica, con lo cual es completamente desaconsejable.
Hace ya años sí se escuchaba que dejar un billete en el salpicadero del coche era sinónimo de aprobado, otra leyenda urbana que rodea al automóvil y que nunca podrá comprobarse, pues nadie se juega un puesto de trabajo por eso.