Uno de los polémicos radares mini de la DGT

Uno de los polémicos radares mini de la DGT

Seguridad vial

Las trampas que usa la DGT para que los conductores caigan en sus radares

Aunque cada vez hay más radares, los conductores dudan ya de la eficacia de estos equipos que priorizan las multas a la seguridad real en las carreteras

La DGT dispone a día de hoy de una cantidad desconocida entre los 3.000 y los 3.500 radares de velocidad, de los cuales la gran mayoría son móviles, unos 1.400, a los que seguirían unos 800 fijos y otras modalidades como los de tramo, los de los helicópteros Pegasus o los que sancionan en los semáforos o las líneas continuas.

Una sentencia judicial desbarataba hace años una de las principales trampas de la DGT, que era no señalizar los radares fijos, con lo cual algunos se convertían en verdaderas ametralladoras de multas para los que no conocen la zona.

Ametralladoras de multas

Desde que es obligatorio que estén señalizados, los móviles se han convertido en las grandes estrellas de su arsenal, pues hace ya años que los esconden descaradamente en los lugares más inverosímiles para que los conductores descuidados caigan como moscas.

Radar escondido detrás de una señal

Radar escondido detrás de una señal

Junto con los radares Velolaser de pequeño tamaño que pesan menos de tres kilos la DGT adquirió sofisticados soportes homologados que le permiten fijarlos en cualquier sitio, lo que significa que puedes encontrarte un radar pegado en la puerta de un coche patrulla con una ventosa, detrás de un quitamiedos con un trípode o sujeto detrás de una señal con un soporte específico.

En cualquier sitio

Además de esconderlos los agentes de la Guardia Civil de Tráfico utilizan otro tipo de ubicaciones habituales, como por ejemplo las travesías en pueblos, hay que tener en cuenta que es habitual que los ubiquen en zonas en las que la velocidad máxima a la que se puede circular es anormalmente reducida.

Radar colocado en una travesía y detrás de una señal

Radar colocado en una travesía y detrás de una señal

Así por ejemplo suelen elegir el final de tramos en los que la velocidad es inferior a la de la vía, de esta manera es sencillo cazar a los conductores que ya no se acuerdan ni del límite reducido de ese tramo de carretera ni siquiera de que está reducido, pues en ocasiones no está indicado que la reducción de velocidad ha llegado a su fin.

Tramos de velocidad reducida

También es habitual encontrar los radares en cuestas abajo, lugares en los que los coches se embalan con facilidad y no es necesario ni acelerar para que superen la velocidad máxima.

Otra de las trampas es ubicar dos radares seguidos, son los conocidos como radares antifrenazo o radares en cascada, con esto se consiguen que el conductor se relaje tras superar el primero de los radares y que no se espere encontrarse con otro poco después.

Nadie espera encontrarse con dos radares seguidos en una carretera

Nadie espera encontrarse con dos radares seguidos en una carretera

Casualmente no sueles encontrar jamás radares en zonas en las que los atascos son habituales, pues lógicamente ahí no cazarían el número suficiente de víctimas como para justificar su existencia…

Es sin duda una pena que con los radares no se trate de cazar los verdaderos excesos de velocidad, delincuentes de la seguridad vial que viajan muy habitualmente por encima de la velocidad permitida y se dé prioridad a los pequeños descuidos y excesos de velocidad.

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