Por el momento la fábrica de Svolt en Sarre, Alemania, es tan solo una recreación

Por el momento la fábrica de Svolt en Sarre, Alemania, es tan solo una recreación

Electrificación

Las coches chinos se atascan en Europa, que dice adiós a una marca muy importante y a una fábrica de baterías

La caída de las ventas de coches eléctricos y los inminentes aranceles a los coches chinos han sembrado dudas sobre si vender eléctricos en Europa llegará a ser negocio

Hace años que un popular directivo de automoción nos contaba off the record que el mercado del automóvil es uno de los pocos en el mundo con capacidad para autorregularse. Esto significa que en muchas ocasiones las decisiones industriales de fabricantes y gobiernos valen de poco, pues al final es el cliente el que se tiene que meter la mano al bolsillo para pagar el coche.

El cliente paga y decide

Parece que la electrificación da la razón a este directivo, pues pese a que todo apuntaba a que actualmente deberíamos estar cerca de un 20 % de coches eléctricos en toda Europa, la realidad es que estamos muy por debajo y en el caso concreto de España el mercado eléctrico nacional durante el mes de mayo no sólo no ha crecido sino que ha caído un 17 %.

El Wey Cofee, uno de los coches que abandona Europa

El Wey Cofee, uno de los coches que abandona Europa

Esta situación se refleja de una u otra forma en Europa, donde los compradores no acaban de decantarse por los coches eléctricos, de hecho tan pronto como han desaparecido los incentivos las ventas se han estancado.

La respuesta china

Esta circunstancia ha generado un problema de consecuencias difíciles de predecir para los fabricantes chinos, que desde hace dos años había acudido en masa a Europa atraídos por la supuesta electrificación del mercado.

La realidad es que a día de hoy el mercado eléctrico puro sigue siendo muy bajo mientras que el de híbridos enchufables es algo más alto, empujado por las ventajas como el aparcamiento gratuito y por la falta de alternativas tradicionales de combustión.

Si el proceso concluye con éxito será un hito europeo

Traer coches chinos a Europa sale demasiado caro

A días de que Bruselas haga público su informe tras la investigación llevada a cabo en China para valorar hasta que puntos las ayudas del Gobierno están haciendo competencia desleal a las firmas europeas, algún grupo de ese país ya ha decidido abandonar el territorio europeo y dejar de operar comercialmente.

Este informe anticipa la entrada en vigor de nuevos aranceles a los automóviles chinos, lo que supone una barrera inasumible para algunos de ellos.

El coste de traer los coches

Hay que tener en cuenta que sólo el transporte de cada vehículo hasta Europa supone un sobreprecio de entre 2.000 y 3.000 euros, a lo que habría que sumar el actual arancel del 10 %, que se sumaría a los nuevos aranceles que anunciará en breve Bruselas.

La semana pasada fue Great Wall Motors (GAM) quién anunció la paralización inmediata de operaciones y su salida del mercado europeo tras la venta de algunos miles de automóviles, decisión que ha sido secundada por el fabricante de baterías Svolt, que paraliza los proyectos de construcción de baterías en Europa y abandona territorio comunitario.

Operario en una fábrica de baterías de BMW en China

Las fábricas de baterías son el secreto del coche eléctrico

Svolt está participado por Great Wall Motors, pero parece ser que el detonante de su salida de Europa es la cancelación de un acuerdo firmado con BMW que incluía la compra de miles de baterías para coches eléctricos cada año.

Se trata de un contrato que aseguraba unos ingresos de hasta 13.000 millones de euros en varios años, una cancelación que hace que levantar más factorías de baterías en Europa carezca de sentido por el momento.

En este contexto el Gobierno alemán analiza el futuro de la planta de baterías que preveía construir SVolt en Linslerfeld, cerca de Überherrn. Una malísima noticia para el sector de la automoción europeo, pues en esta caso la fábrica generaría hasta 2.000 puestos de trabajo.

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