Mario Terán (1942-2022)
El verdugo del Ché Guevara
Su confesión de haber matado a sangre fría al revolucionario truncó el relato oficial boliviano según el cual había muerto en combate
Mario Terán Salazar
Suboficial del Ejército de Bolivia
Suboficial del Ejército de Bolivia entre 1961 y 1991, participó en las operaciones de contrainsurgencia contra la «Guerrilla de Ñancahuazú», liderada por el 'Ché' Guevara, al que dio el tiro de gracia el 9 de octubre de 1967, siguiendo órdenes de sus superiores.
Al suboficial del Ejército boliviano Mario Terán Salazar le incumbió dar el tiro de gracia a Ernesto 'Ché' Guevara, uno de los grandes criminales de la era contemporánea, el 9 de octubre de 1967 en el recinto de una escuela pública de La Higuera, aldea cercana a Vallegrande, municipio del centro de Bolivia. De acuerdo con la versión generalmente admitida, Terán, que había participado en la operación de captura del líder revolucionario, recibió la orden de acabar con su vida. En el momento de la verdad, Terán cayó preso de los nervios, por lo que el 'Ché' le dirigió unas palabras que, gusten o no, han pasado a la historia: «¡Póngase sereno y apunte bien! ¡Va a matar a un hombre!».
Dos frases que supusieron una inyección de alivio para Terán que, acto seguido, cerró los ojos y descerrajó su tiro. El resto ya forma parte, para bien o para mal, del imaginario colectivo. Sin ir más lejos, la torpe exhibición del cadáver del 'Ché' solo contribuyó a alimentar una leyenda inmerecida, que solo décadas de investigaciones –por ejemplo, los trabajos de María Werlau– están empezando a desmontar. Sin embargo, aún permanecen diversos interrogantes historiográficos, siendo el principal de ellos el origen de la orden de acabar con la vida del 'Ché' y la sucesión de acontecimientos que desembocaron en el famoso episodio.
La orden última, la estrictamente militar, la recibió Terán de Gary Prado, responsable del operativo y único miembro del destacamento aún en vida. La política procedió, con toda probabilidad, del entonces presidente de Bolivia y anticomunista declarado, René Barrientos, que no atendió los deseos de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos de someter al 'Che' a un exigente interrogatorio. La complicación del caso se agravó con la entrevista concedida por Terán a Paris Match unas semanas después del disparo en la que aseguró que el líder revolucionario había sido ajusticiado a sangre fría; de esta manera truncaba el relato del Gobierno boliviano para el que el 'Che' había fallecido en combate.
Prado mandó callarse a Terán. Éste mantuvo la obediencia hasta hace unos años, cuando en una entrevista afirmó que no había sido el autor del disparo y que le habían confundido con un homónimo. Una nueva versión que nadie se creyó; pero que sirvió para demostrar hasta qué punto los acontecimientos de La Higuera habían trastornado la trayectoria plana de un suboficial. Por si no fuera suficiente, y a modo de ironía, el diario Granma', órgano oficial del castrismo, reveló en 2007 que Terán había sido operado de cataratas por un equipo médico cubano.