Vladimiro Roca (1942-2023)
Gran figura de la disidencia cubana
Junto a otros compañeros, este antiguo funcionario del castrismo dinamizó el movimiento opositor con el documento «La Patria es de todos»
Nació el 21 de diciembre de 1942 en La Habana (Cuba), donde falleció el 30 de julio de 2023
Vladimiro Roca Antúnez
De familia de tradición comunista, piloto de caza y economista, empezó sirviendo al castrismo antes de romper con él a principios de los noventa. Estuvo cinco años en la cárcel
Vladimiro Roca Antúnez cumplía todos los requisitos para haber sido un fiel funcionario del castrismo. Empezando por su propio nombre, que eligió, en referencia a Lenin, su propio padre, figura del Partido Comunista de Cuba desde mucho antes del advenimiento de la dictadura. Cuando este se produjo, el joven Roca formó parte de la primera hornada de militares cubanos seleccionados para recibir una formación de piloto de caza en la Unión Soviética.
A su regreso, sirvió una década en las Fuerzas Armadas antes de empezar una carrera de funcionario especializado en Economía. Su desencanto para con el comunismo a la cubana fue progresivo: afloró a mediados de los setenta, se consolidó a principios de los noventa –cuando empezó a considerarse a sí mismo como disidente y fue despedido de su puesto de trabajo– y estalló definitivamente en 1996.
En agosto de ese año, junto a sus amigos Félix Bonne, René Gómez Manzano y Martha Beatriz Roque, funda el «Grupo de Trabajo de la Disidencia Interna para analizar la Situación Socioeconómica Cubana», estructura de la que sirven para publicar el documento «La Patria es de todos», en el que abogaban por el fin de la dictadura, que tuvo amplia repercusión dentro y fuera de Cuba. Las consecuencias no hicieron esperar: los cuatro fueron arrestados y condenados por «acciones en contra de la seguridad nacional del Estado cubano» y «sedición». Roca permaneció un lustro entre barrotes.
Preguntada por este diario, Roque, que conocía a Roca desde la infancia -ambos eran del barrio habanero de Santos Suárez- señala que «de los cuatro que escribimos ‘La Patria es de todos’, ninguno se fue de Cuba. Los cuatro nos quedamos aquí. Ya murió [Félix] Bonne, ahora él. Eso es un ejemplo para la oposición, porque desgraciadamente muchas personas tomaron la oposición como un trampolín para saltar a Miami. Y Roca luchaba por sus principios y convicciones».
Sin obviar las consecuencias personales pues, como añade Roque, «su familia al completo se fue, su mujer le dejó, pero el se mantuvo aquí; nunca siquiera habló con nosotros de salir del país. Todo un ejemplo de la verdadera disidencia y del verdadero deseo de hacer oposición y de luchar por la democracia dentro del país. Para mí, Vladimiro va a estar siempre dentro de la historia de Cuba cuando terminemos con esta desgracia de dictadura». Roque destaca, asimismo, su carácter bromista y que «siempre estaba de buen humor».
Roca también estaba en posesión de una experiencia mística, habiendo completado en la cárcel un proceso de conversión al catolicismo iniciado años antes: cuando fue liberado, pidió recibir lo antes posible los sacramentos de la Eucaristía y la Confirmación.
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