Fundado en 1910

05 de mayo de 2024

General Jean-Louis Georgelin (1948-2023)

General Jean-Louis Georgelin (1948-2023)STEFANO RELLANDINI

General Jean-Louis Georgelin (1948-2023)

El militar católico a quien le confiaron reconstruir Notre-Dame

Jefe de Estado Mayor de la Defensa entre 2006 y 2010, Macron apostó por él para la gigantesca obra espiritual, cultural y más política de lo que se cree

General Jean-Louis Georgelin (1948-2023)
Nació en Aspet (provincia de Alta Garona) el 30 de agosto de 1948 y falleció en accidente de alta montaña el 18 de agosto de 2023 en Bordes-Uchentain (provincia de Ariège).

Jean-Louis Georgelin

Militar en activo entre 1967 y 2010, tras su pase a la reserva, y antes de asumir la reconstrucción de Notre-Dame, también desempeñó el cargo de Gran Canciller de la Orden Nacional de la Legión de Honor.

Emmanuel Macron prometió inmediatamente la reconstrucción integral de la catedral de Notre Dame tras el devastador incendio del 15 de abril de 2019. Algo más de tiempo, en cambio, tardó en anunciar el nombre de la persona encargada de supervisar una tarea considerada en Francia como causa nacional. Al final, tras varios meses de reflexión, se decantó por el general de Ejército Jean-Louis Georgelin, jefe de Estado Mayor de la Defensa entre 2006 y 2010.
El militar satisfacía los requisitos: estaba disponible y había demostrado con creces su capacidad decisoria en momentos delicados, lo cual representaba una ventaja innegable para cumplir el plazo de cinco años fijado por el presidente de la República para que el templo recuperase su esplendor. Georgelin también era conocido en las altas esferas por sus inquietudes culturales, de modo especial las relacionadas con la protección del patrimonio histórico. Tampoco se puede obviar su condición de católico practicante -era, además, oblato benedictino-, detalle que no pasó desapercibido para los creyentes y que tuvo su importancia en la decisión de Macron.
Bien es cierto que su llegada despertó recelos entre los altos cargos del ministerio de Cultura -uno de los feudos más sólidos y cerriles de la Administración francesa-, convencidos de que el cargo recaería, tout naturellement, en uno de ellos. Asimismo, el propio Georgelin se fabricó enemistades nada más tomar posesión tras ordenar al arquitecto en jefe de los monumentos nacionales, Philippe Villeneuve, que «callase la boca» (lo hizo utilizando una expresión gruesa) tras haber abogado, a título personal, para que la nueva aguja del templo fuera idéntica a la arrasada por el incendio.
Tras las preceptivas disculpas, el general dirigió con efectividad un comité en el que estaban representados los principales ministerios. Entre sus principales logros cabe destacar el haber mantenido el respeto de los plazos en medio de las dificultades generadas durante la pandemia del Covid.
El equipo de Georgelin se ciñó, asimismo, a los objetivos arquitectónicos y técnicos fijados por el poder político, si bien hizo gala de pragmatismo y aptitud para la adaptación al introducir ciertos cambios, que incluyen tecnología puntera de prevención de incendios, sistemas de nebulización, cámaras térmicas y puertas resistentes al fuego, así como un sistema de recuperación para tratar el agua de lluvia que se desliza por el tejado de plomo antes de alcanzar el alcantarillado. Un buen trabajo en líneas generales que le permitió asegurar la primavera pasada que el culto se volvería a celebrar en la catedral a finales del próximo año. Hace unas semanas también aseguró que los parisinos podrían admirar la nueva aguja antes de que termine 2023.
Un trágico accidente de senderismo de alta montaña ha impedido que el general pueda ver culminado un lustro de esfuerzos que desplegó incansablemente durante un momento de su existencia que tendría que haber correspondido a una más que merecida jubilación después de una carrera coronada con los dos puestos más señeros del estamento militar galo: la jefatura de la Casa Militar -allí se dirime la estrategia militar gala- de dos presidentes de la República -Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy- y la del Estado Mayor de la Defensa, cargó desde el que ordenó el despliegue de sus tropas en escenarios tan diversos y delicados como los Balcanes, el Líbano, Costa de Marfil o Afganistán, donde aconsejó a Chirac asentarse en una de las zonas más difíciles, como prueba del compromiso de Francia.
Comentarios

Más de Obituarios

tracking