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05 de mayo de 2024

Mangosuthu Buthelezi

Mangosuthu ButheleziAFP

El príncipe Mangosothu Buthelezi (1928-2023)

El rival más correoso de Nelson Mandela

También pretendía el final del apartheid, pero desde dentro de las instituciones oficiales

Mangosuthu Buthelezi icono
Nació el 27 de agosto de 1928 en Mahlabathini (Unión Sudafricana) y falleció el 9 de septiembre de 2023 en Ulundi (Sudáfrica)

Mangosothu Gatsha Buthelezi

Fue primer ministro de KwaZulu entre 1976 y 1994 y ministro de Asuntos Internos de Suráfrica entre 1994 y 2004. Mantuvo una indiscutible autoridad en KwaZulu hasta su muerte.

A diferencia del Congreso Nacional Africano (ANC), cuya figura de referencia era Nelson Mandela, y de su apuesta por la lucha armada para acabar con el régimen segregacionista llamado apartheid, el príncipe Mangosothu Buthelezi, principal líder zulú, que perseguía el mismo objetivo, se decantó, sin embargo, por reventar desde dentro las costuras del poder blanco. Pero con líneas rojas delimitadas: como señala Robert Ross en Historia de Sudáfrica, «la idea de que había que ejercer la oposición contra el apartheid desde dentro de las instituciones que éste había creado resultaba atractiva en un momento en que casi cualquier otra forma de oposición había sido aplastada, y Buthelezi nunca traspasó ciertos límites, sin aceptar nunca la independencia de KwaZulu [el bantustán que gobernó durante décadas], por ejemplo».
Buthelezi era, ante todo, un pragmático. En el inicio de su compromiso político, que coincidió con su etapa estudiantil en Fort Hare (Provincia del Cabo Oriental), militó en la ANC, antes de que afloraran diferencias insalvables: las institucionales y las relacionadas con la estrategia política, pero también las económicas, pues mientras Mandela y los suyos emprendían el camino hacia unas posturas nítidamente comunistas, Buthelezi preconizaba soluciones socioeconómicas bastante más clásicas. Por convicción personal, pero también por mantenerse fiel a sus orígenes.
El líder zulú era, en efecto, el hijo del matrimonio formado por el noble –con rango principesco– Mothole Buthelezi y la princesa Magogo kaDinuzulu, la principal de sus cuarenta mujeres, hija, a su vez, del rey zulú Salomón. La unión de los padres de Buthelezi estuvo motivada por el deseo de ambas partes de zanjar unas desavenencias que habían surgido entre la Familia Real y el clan aristocrático. El político en ciernes, sin que vengan cuestionados sus méritos, supo aprovechar su linaje –se convirtió en su jefe hacia 1957, tras una dura pugna con un pariente– para ascender paulatinamente en el escalafón político.
Sobre todo, a partir de 1959, año en el que el Gobierno de Suráfrica creó el bantustán que abarcaba la mayor parte del histórico territorio zulú, que posteriormente tomaría el nombre de KwaZulu. A principios de los setenta, ya había asumido la práctica totalidad del poder político, siempre respetando la autoridad simbólica del Rey, no sin que se produjeran episódicos roces entre ambos. Para consolidar su posición, Buthelezi creó el Inkatha, que poco a poco se convirtió, de facto, en el partido único. El Inkatha llegó a recibir apoyo logístico y financiero del Gobierno –deseoso de dividir a la comunidad negra–, que Buthelezi aceptaba sin ningún tipo de reservas morales.
Mas era lo suficiente astuto como para no caer en determinadas trampas que le tendía el poder, como la de una hipotética independencia de KwaZulu: Buthelezi siempre apostó por la unidad de Sudáfrica. También porque esa curiosa perspectiva no le servía en su lucha con los seguidores de Mandela. Bastante consolidado estaba su poder en los ochenta cuando la lucha sangrienta entre el Inkatha y la Anc se saldó con miles de muertos en ambos bandos. Paradójicamente, ese escenario no fue óbice para que Buthelezi fuera bien considerado en círculos conservadores de Estados Unidos y Gran Bretaña.
Con todo, la evolución de los acontecimientos desde la llegada al poder del aperturista Frederik De Klerk favorecía a los intereses de Mandela. Buthelezi hizo un último alarde al amenazar con no participar en las elecciones de 1994. Según Ross, al final, «tomó la única decisión que podía impedir que su base política en KwaZulu fuera aplastada por el ejército de la nueva Sudáfrica. Las papeletas para las elecciones ya habían sido impresas, pero a toda prisa se fabricaron millones de pegatinas para adherirlas a aquellas». Y Mandela nombró a Buthelezi ministro de Asuntos Internos.
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