Senén Pousa Soto (1939-2023)
Sin cambiar de bandera, pero con pragmatismo
Alcalde de Beade (Orense) durante 49 años, combinó su adhesión sin matices a la figura de Francisco Franco con una gestión municipal adaptada a los tiempos
nació el 27 de marzo de 1939 y falleció el 2 de noviembre de 2023
Senén Pousa Soto
Agricultor de profesión, fue nombrado alcalde de Beade en 1974 y renovado once veces en el cargo por la vía democrática entre 1979 y 2019. Dejó de ser primer edil en junio de este año. Su única incursión fuera de la política municipal fue entre 2007 y 2009, cuando ocupó un escaño en la Diputación Provincial de Orense.
Senén Pousa solo retiró de su despacho en el Ayuntamiento de Beade el retrato de Francisco Franco –con uniforme militar y empuñando un bastón de mando– cuando fue obligado a ello por la Ley de Memoria Histórica, si bien se negó a suprimir la calle dedicada al Caudillo porque en la Historia «hay muchos caudillos». Tampoco dejó de encargar, en nombre de la Corporación municipal, una Misa cada 20 de noviembre en memoria de quien rigiera los destinos de España entre 1936 y 1975.
Una opción nítida, desacomplejada y polémica que, sin embargo, fue sancionada por los votantes con once mayorías absolutas entre 1979 y 2019, sucesivamente por Coalición Popular, Centristas de Galicia y, a partir de 1991, por el Partido Popular: su fidelidad hacia Manuel Fraga siempre fue inalterable; y, junto a la imagen de Franco, tenía otra de José María Aznar, dedicada personalmente por el expresidente del Gobierno. También supo entenderse con Alberto Núñez Feijóo cuando presidía la Xunta de Galicia y con su sucesor, Alfonso Rueda.
Un sistema peculiar, pero bien engrasado, que duró hasta principios de este año cuando la dirección provincial del PP de Orense se decantó por Fernando Taboada para encabezar la lista de la formación en los comicios municipales del pasado mayo. Pousa se llevó una gran decepción, lo manifestó públicamente, y se puso al frente de una candidatura alternativa que terminó siendo derrotada.
Pousa llevaba ya un lustro como primer edil de la aldea orensana cuando fue elegido democráticamente por primera vez. Le había nombrado para el cargo, con arreglo a la normativa entonces en vigor, el gobernador civil de Orense. Fue el inicio de casi medio siglo de gestión pragmática –distinguía con claridad entre su postura ideológica y las decisiones que estimaba más convenientes para el municipio de apenas 400 habitantes–, procurando siempre que no faltase a Beade ninguno de los servicios básicos que una población de esas dimensiones precisaba, tanatorio incluido.
Mas fue también un alcalde que se inscribía en una tradición paternalista y caciquil: valga como botón de muestra que, en 2019, cuando, aquejado de unos problemas de salud, tuvo que dejar temporalmente el Ayuntamiento, cedió el mando a su nieta Susana Fernández Pousa, una de las tenientes de alcalde. La agraciada, por cierto, renunció al año siguiente de su cargo de concejala. Algo que nunca se le hubiera ocurrido a su abuelo. Bien es cierto que la única ambición política de este último era ser alcalde de Beade. Lo fue durante 49 años.
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