
Clark Olofsson
Clark Olofsson (1947-2025)
Artífice del «síndrome de Estocolmo»
Entabló una relación de confianza tal con sus rehenes, que se negaron a testificar contra él

Clark Oderth Olofsson
Delincuente habitual
Pasó una infancia difícil, iniciando una trayectoria delictiva en los sesenta. En 1973, su fama alcanzó nivel planetario al convertirse en protagonista involuntario del secuestro del Kreditbanken de Estocolmo.
Las actividades delictivas de Clark Oderth Olofsson fueron de las primeras en atraer la atención mediática tanto a nivel sueco como, posteriormente, internacional, convirtiéndose en un verdadero espectáculo. Olofsson alcanzó su mayor fama en agosto de 1973, cuando pasó seis días en el Kreditbanken de Estocolmo. No era él, sino otro delincuente, Janne Olsson, quien había secuestrado a tres mujeres y un hombre durante el atraco a un banco, exigiendo que Olofsson fuera liberado y trasladado a la sede de la entidad financiera.
Las autoridades accedieron, y Olofsson entró en el edificio rodeado de policías. Una vez dentro, el recién ingresado entabló una relación de confianza con los rehenes. Olofsson convenció a una de ellas, Kristin Enmark, para que hablara por teléfono con el primer ministro sueco en nombre de los ladrones. Ella le pidió permiso para salir del banco junto con los secuestradores.
A lo largo de varias llamadas telefónicas, Enmark expresó su temor de que la Policía pudiera dañar a los secuestradores y defendió sus acciones. La situación terminó seis días después, cuando la Policía irrumpió por el tejado del banco y utilizó gas lacrimógeno. En un principio, los rehenes se negaron a abandonar a los secuestradores por temor a los disparos policiales, y posteriormente se negaron a testificar contra Olofsson y Olsson.
Desde entonces, los expertos han debatido si el «síndrome de Estocolmo» es un trastorno psicológico genuino o un mecanismo de defensa para afrontar situaciones traumáticas. El término fue acuñado por el criminólogo y psiquiatra sueco Nils Bejerot.Este episodio no fue su entrada en la vida delictiva, pues llevaba en ella desde los 19 años. Por si no fuera suficiente, Olofsson, que pasó una infancia difícil, era reincidente y pasó la mayor parte de su vida entre barrotes. En los años 80 se mudó a Bélgica, donde vivió con su esposa, siendo allí condenado por tráfico de drogas. También estuvo involucrado en el robo del Museo de Arte Moderno de Estocolmo en 1993, donde fueron sustraídas obras valoradas en 500 millones de coronas suecas. Olofsson fue liberado por última vez en 2018 tras cumplir una condena por delitos relacionados con drogas. Unos años antes de su muerte, sufrió una misteriosa enfermedad que le hizo perder 46 kilos.