Ya nada nos asombra. Nos ha tocado un tiempo de confusión, donde con los ojos muy abiertos no alcanzamos a ver nada de lo que en realidad está ocurriendo. La capacidad de escandalizarse de la sociedad española parece que ha desaparecido. O tal vez peor, solo nos escandalizamos de aquello que las televisiones, con una visión desde la izquierda, nos dicen que es escandaloso. O todavía mucho más preocupante que lo anterior, se impone un paradigma según el cual una parte de la sociedad tiene patente de corso para cometer todo tipo de tropelías y la narcotizada opinión pública ya solo atiende al prosaico ejercicio de conseguir el condumio y abandonar las ideas, la ética, los valores… Con este Gobierno que ahora padecemos, la capacidad de asombro ha desaparecido. Que todavía sea fiscal Dolores Delgado después de las revelaciones del Pollo Carvajal solo evidencia que nuestra democracia es de baja calidad. Que se desliza hacia unos derroteros hasta ahora desconocidos. Ya no sé que es peor, si la amoralidad con la que Sánchez maneja los asuntos públicos del país o la apatía con que la ciudadanía responde a cada zarpazo que se le da a la vida pública de España.
comentarios
Lo más leído
- España duplica las alertas por aguacates contaminados tras la entrada masiva desde Marruecos y Perú
- La cruz pectoral de León XIV porta una reliquia de un obispo asesinado en la Guerra Civil
- El prostíbulo del tío de Begoña Gómez que fue desarticulado por la Policía es hoy un hostal sin licencia que se alquila por 1.000 € la noche
- La mansedumbre de los socios de Sánchez alcanza su cota máxima
- El Papa y la masonería
- Así es el Roig Arena: la megaconstrucción que el presidente de Mercadona legará a Valencia