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29 de abril de 2024

HorizonteRamón Pérez-Maura

Ansío una vida perra

No digamos nada de este buenismo animalista que establece que ya no hay animales potencialmente peligrosos, sino «de manejo especial». El maldito lenguaje políticamente correcto al que ahora tienen derecho hasta los perros

Actualizada 16:24

Queda claro que para este Gobierno es mucho más importante proteger a los animales que hacerlo con los seres humanos. A pesar de que es imposible que un ser vivo tenga un derecho si no es capaz de entender que lo tiene, el nuevo comunismo da a los animales múltiples derechos, generalmente derivados de formular prohibiciones. Porque estos comunistas jamás son capaces de hacer algo en positivo. Nunca han entendido lo que es la libertad salvo para impedirla.
Debo aclarar que todas sus prohibiciones en esta materia me van a ser completamente ajenas. No me afectarán porque ni tengo ni pienso tener un animal doméstico. Recuerdo haber tenido algún canario y algún periquito cuando mis hermanos y yo usábamos pantalón corto. Y en algún momento cedí brevemente ante las peticiones de mis hijos y les consentí tener unos perros en casa, aunque sin mucha demora los animales pasaron a disfrutar de la vida en el campo, mucho mejor para ellos que la vida urbanita.
Visto el anteproyecto de ley de Protección y Derechos de los Animales, me anticipé a lo que ahora pretenden estos podemitas que se haga. Porque evité que fueran esterilizados, a lo que ahora me obligaría el Gobierno si todavía los tuviera en Madrid. Eso se llama en este anteproyecto de Ley «dar derechos a los animales»: cercenar su fertilidad. Si eso es un derecho, supongo que una restricción será directamente emascularlos.
Conozco a muchas personas que desean tener animales de compañía y me alegro mucho por ellos por cómo esos animales les llenan la vida. ¿De verdad alguien cree que a esas personas les puede dar un curso alguien sobre cómo tratar y atender a sus animales de compañía cuando esas mascotas son más importantes en sus vidas que muchos de sus familiares?
Y ¿cómo se va a establecer lo que es abandonar un animal, falta por la que te puede caer una multa de 100.000 euros. Si yo tengo un galgo hembra en celo que se me escapa corriendo detrás de un galgo macho y lo encuentran perdido en Aranjuez ¿me van a poner una multa a mí por abandono o se la pondrán a él por escaparse con otro y perderse? Obviamente me la pondrán a mí porque los animales sólo pueden tener derechos de los que no son conscientes y no pueden tener ninguna obligación porque no las comprenden. El derecho del galgo -y la economía de su dueño- va a haber que garantizarlos teniéndolo siempre atado.
No digamos nada de este buenismo animalista que establece que ya no hay animales potencialmente peligrosos, sino que son «de manejo especial». El maldito lenguaje políticamente correcto al que ahora tienen derecho hasta los perros. Yo tengo una cuñada a la que décadas atrás en Sotogrande le atacaron a la vez tres rottweilers, dos a su cuello y uno a una pierna. Sobrevivió de milagro. El Gobierno quiere imponer una ley que prohíba describir a esos perros como «peligrosos» y obligar a definirlos como «de manejo especial».
La estupidez de la propuesta del Ministerio de Derechos Sociales se extiende a otros muchos puntos: no podrá haber tiendas de mascotas. Otro sector para el que se decreta su ruina y que les vayan dando. Para regalar un cachorro que engendra el perro que uno tiene ¡hay que hacer un contrato! ¿Cabe mayor estupidez? Y suma y sigue con el absurdo.
Llegados a esta barbaridad, el presidente de la «protectora de animales» «El Refugio», Nacho Paunero, ha propuesto que la defensa vaya más allá y se prohíba la eutanasia para animales con enfermedades incurables. Fabuloso: allí donde se quiere aplicar la eutanasia en el hombre, se quiere prohibir la misma eutanasia en los animales. Aquí va a resultar que los perros tienen más derechos que yo. El Gobierno de Sánchez me está convenciendo. Por fin me he dado cuenta de que ansío tener una vida perra.
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