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05 de mayo de 2024

Vidas ejemplaresLuis Ventoso

España explicada a un extraterrestre

El Parlamento orillado, la oposición descabezada y un Gobierno sostenido por comunistas, golpistas y ex terroristas. ¿Quién da más?

Actualizada 09:46

Eduardo Mendoza es un risueño caballero barcelonés de 79 años, que suele vivir en Londres, donde se ahorra el coñazo del monotema catalán. Se trata de un escritor con dos registros. En el elevado ha dejado novelas tan redondas como El caso Savolta y La ciudad de los prodigios. Pero gasta también una veta gamberra y a veces publica astracanes puros, como Sin noticias de Gurb, de 1991. Allí nos presentaba a un alienígena recién aterrizado en Barcelona bajo la fisionomía de la cantante Marta Sánchez, bromazo que le servía para hacer una fina sátira de la coyuntura española del momento. Si repitiésemos hoy el juego, si 31 años después Gurb retornase a España, el extraterrestre se sorprendería ante la siguiente paradoja: un país aparentemente mejor, pero con una política muchísimo peor.
En caso de que Gurb se acercase a preguntarme cómo es hoy la política española, le invitaría a una caña con unas olivas en alguna tasca próxima al periódico y le resumiría la cosa más o menos así:
–El presidente del Gobierno es un tío altivo, de principios más elásticos que un chicle y alérgico al Parlamento. Por ejemplo, en pleno domingo, Scholz, el canciller alemán, ha informado solemnemente al Bundestag sobre la guerra de Ucrania y el rol alemán ante ella, y además ha anunciado un aumento del gasto en defensa. Aquí, Sánchez hablará del tema el lunes, pero una entrevista en una de sus televisiones de cámara (TVE), porque lo de ir al Congreso, lo de rendir cuentas en sede de la soberanía nacional, no lo considera a la altura de su magnificencia. Las buenas prácticas de higiene pública le dan repelús y ha sido empapelado tres veces por ello por el Tribunal Constitucional.
–«¿Y la oposición no se queja de que eluda el control parlamentario?», preguntaría Gurb sorprendido. Habría que explicarle entonces que en este momento la oposición está descabezada, porque al líder del mayor partido de la derecha no se le ocurrió bomberada mejor que acusar sin pruebas concluyentes de un delito a una compañera suya, que además lo superaba ampliamente en respaldo popular. Así que se armó un jaleo del carajo, que acabó con la carrera del susodicho y ahora andan buscando un arreglo.
–Ya en la segunda caña, informaría al bueno de Gurb de que en España ahora mismo tenemos ministros comunistas, una indignidad única en Europa (y que para más detalle no saben hacer la «o» con un canuto y tienen como prioridades inventar nuevos géneros sexuales, fomentar el aborto o perseguir a los ganaderos; amén de que son equidistantes entre Putin y la democracia liberal). Le explicaría también que los partidos que sostienen al Gobierno están liderados por un ex terrorista vasco y un golpista catalán (condenado a 13 años de trena, pero indultado por el presidente del Ejecutivo contra el criterio de los jueces y la sociedad a cambio de que lo mantenga en la Moncloa). El golpista y el ex terrorista acaban de proclamar juntos en Barcelona en que ellos son la alternativa al «fascismo» –léase a dos partidos perfectamente normales de derechas– y que dejarán caer al presidente si no avanza en la atención a sus «demandas nacionales» (léase otorgarles la independencia y cargarse así uno de los países más viejos y venerables de Europa).
Gurb, cuya piel ha ido mudando de verde alienígena a gris pálido según me escuchaba, se sube a su nave a toda leche y despega ipso facto. Y es que aquí tenemos una oposición especializada en psicoanalizarse. Y parafraseando a Groucho Marx, un Gobierno que se inventa los problemas, hace un diagnóstico falso de los mismos y aplica finalmente los remedios equivocados.
El Parlamento orillado, la oposición descabezada y un Gobierno sostenido por comunistas, golpistas y ex terroristas. ¿Quién da más?
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