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03 de mayo de 2024

El astrolabioBieito Rubido

La cobardía, antesala de la traición

​Las palabras de Feijóo retrataron bien a Sánchez, un hombre incapaz de explicar en sede parlamentaria lo que está negociando con los enemigos de España

Actualizada 01:30

En la cobardía se guarecen muchos de los defectos humanos. Ayer Sánchez decidió mostrar ese rostro, una muestra de miedo y de desprecio. Sus ministros lo secundaron. Al principio, algunos sonreían, como si aquello fuese una broma, más tarde se refugiaron en sus móviles, para no mirar a los ojos a Feijóo, cuando les cantaba las verdades y desnudaba su pésima gestión. Las palabras del candidato popular retrataron bien a Sánchez, un hombre incapaz de explicar en sede parlamentaria lo que está negociando con los enemigos de España y, por tanto, de la democracia, a espaldas de todos los ciudadanos. Probablemente, esa dejación democrática de la que ayer hizo gala sea la antesala a una traición a España, a los españoles y a la Constitución.
La traición suele ser, con frecuencia, una muestra de debilidad. La que tiene el líder socialista, que perdió las elecciones y se aferra a la aritmética de la Cámara en un desprecio a la idea democrática del gobierno de las mayorías y el respeto a las minorías.
Ayer vimos dos rostros bien distintos del momento político español. Un presidente en funciones, carente de principios y agallas, que se escondió en su portavoz más bronco. En frente, y durante toda la jornada, un candidato, Feijóo, que hizo una propuesta a la totalidad de los españoles para recuperar la normalidad de la que disfrutamos hasta la llegada del Gobierno socialcomunista. Lo mejor del dirigente popular fue su claridad a la hora de exponer lo que Sánchez se trae entre manos con la inconstitucional amnistía, que él espera que pase el filtro del Constitucional, gracias a la mayoría izquierdista que lidera Conde Pumpido. Menudo papelón. En una cena privada, de esas que frecuentan los independentistas en Madrid, con presencia de un ministro en funciones, ya adelantó algún magistrado de ese grupo izquierdista que el TC daría el visto bueno a la amnistía, enmendándose a sí mismo.
La traición siempre es una cobardía. Ayer pudimos ver su rostro. Menos mal que Alberto Núñez Feijóo puso en evidencia a Pedro Sánchez. Muchos españoles se sintieron reconfortados. Hacía tiempo que no se escuchaba en el Congreso de los Diputados unas intervenciones tan valientes como las que ayer protagonizó el aspirante a la Presidencia. No será un ejercicio estéril. Créanme. La jornada de ayer sirvió para colocar a cada uno en el justo lugar del mapa de futuro de nuestro país, incluidos cobardes y traidores. Muchos ciudadanos habrán tomado nota de ello.
P. D.: El bueno de Rufián habla muy mal el catalán. A él no le viene nada bien esto de las lenguas diversas en el hemiciclo. Finalmente, tuvo que recurrir al castellano para poder ser más eficaz, ya que de lo contrario, pierde toda su pegada. Reconozcamos que no estamos en los mejores tiempos de la vida política de España. Y esto se debe solo a una persona: Sánchez.
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