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En primera líneaFernando Gutiérrez Díaz de Otazu

Convivencia, confianza y diálogo

Es el momento de colaborar para consolidar el cambio en Extremadura en relación con las políticas históricamente promovidas por la izquierda en esta Comunidad, con muy pocas excepciones. Es el momento de la madurez y la lealtad a un proceso de cambio iniciado hace dos años y medio

Act. 27 dic. 2025 - 21:54

Muchas son las incertidumbres y las incógnitas que se ciernen sobre nuestro futuro a corto, medio y largo plazo.

Con un Gobierno que se esfuerza por arrojar una imagen de normalidad y por tratar de convencer a la ciudadanía española de que todo marcha estupendamente, lo cierto es que todos los españoles ven cómo este mismo Gobierno carece del necesario apoyo parlamentario, se encuentra rodeado de un imprevisible número de casos de corrupción, que no dejan de aparecer cotidianamente y de los que nadie, absolutamente nadie, es capaz de predecir cuándo verán su final, ya que los indicios bajo análisis de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, siguiendo directrices de la Autoridad Judicial, permiten intuir la existencia de una presunta, pero enorme, espiral de corrupción que no tranquiliza a nadie.

Confianza y diálogo

El Debate (asistido por IA)

Cierto es que la situación de nuestra nación no es ajena tampoco a la cambiante situación internacional en la que la inestabilidad y la falta de confianza en las instituciones se extiende por todos los países de nuestro entorno político y cultural.

Su Majestad el Rey Don Felipe VI, como viene siendo habitual, año tras año, en su discurso navideño a la nación, ha hecho un certero diagnóstico de las dificultades por las que atravesamos y sin concentrarse negativamente en ninguna de ellas, aunque sí citándolas someramente, ha enviado a todos los españoles un mensaje de optimismo y de autoconfianza en nuestras posibilidades, ya que, generación tras generación, hemos hecho un largo y provechoso recorrido por muy diversas y diferentes vicisitudes que nos han permitido acumular experiencia y posicionarnos frente a esta crisis con notables expectativas de superarla satisfactoriamente si, con dedicación y fe en nuestras posibilidades, nos ponemos resueltamente a ello.

Son estos días, igualmente, días de análisis de los resultados de la jornada electoral del pasado domingo en Extremadura en la que la presidenta en funciones y candidata del Partido Popular, María Guardiola, se alzó con una importante victoria sobre el bloque de la izquierda compuesta por el PSOE y Unidas por Extremadura. No es la primera vez que el Partido Popular queda en primera posición en Extremadura, feudo habitual del Partido Socialista. También en 2011, el entonces candidato del Partido Popular, el Presidente José Antonio Monago, obtuvo una importante victoria, alcanzando los 32 escaños, por 30 del PSOE y tres de Izquierda Unida, que, mediante su abstención, hizo posible el Gobierno de quien había ganado las elecciones en aquella ocasión.

En esta ocasión, la izquierda no tiene opción alguna de arrebatarle la Presidencia a la candidata del Partido Popular por contar entre ambas formaciones políticas con 25 escaños, mientras el Partido vencedor cuenta con 29.

Al propio tiempo, VOX ha obtenido, igualmente, un excelente resultado, subiendo de los cinco escaños, con los que contaba en la anterior legislatura, a los 11 que los extremeños han decidido entregarles, mediante su voto, en las pasadas elecciones.

Se abre ahora, pues, un proceso en el que las formaciones políticas han de analizar sus respectivas fuerzas, valorar cuáles pueden ser las opciones para propiciar la gobernabilidad de Extremadura y contribuir a desbloquear el proceso interrumpido en la pasada legislatura, cuando el Gobierno de la Junta se vio incapaz de sacar adelante los Presupuestos Autonómicos para el próximo año, lo que impulsó a la Presidenta Guardiola a convocar las pasadas elecciones.

Es el momento de colaborar para consolidar el cambio en Extremadura en relación con las políticas históricamente promovidas por la izquierda en esta Comunidad, con muy pocas excepciones. Es el momento de la madurez y la lealtad a un proceso de cambio iniciado hace dos años y medio e interrumpido a finales del pasado año.

En su mensaje navideño a los españoles, el Rey Felipe VI, consignó algunas claves que también pueden servir de referencia en este particular momento, cuando manifestó que la raíz de todo proyecto compartido, como el que hoy se abre ante Extremadura, es el de la convivencia y la determinación por protegerla y promoverla sobre la base de la confianza y el diálogo.

Apuntó, para ello, el uso del respeto en el lenguaje y la escucha de las opiniones ajenas, la ejemplaridad en el desempeño de las funciones en la prestación del servicio público y la consideración de la dignidad del ser humano como base de referencia previa a cualquier consideración política. Uno de los principales obstáculos que, en palabras del monarca, han de ser eludidos es el de la consideración de las ideas propias como dogmas o el de las ideas ajenas como amenazas.

Decía uno de nuestros célebres filósofos, Julián Marías, que «no hay una perspectiva única de la realidad; la perspectiva, para ser real, exige la multiplicidad». Fue algo que manifestó en diferentes momentos de su prolífica vida de análisis del comportamiento de los españoles. Describía la importancia de posicionarse frente a un aspecto de la realidad para, mediante el sumatorio de los posicionamientos de diferentes observadores frente a los diferentes aspectos de la misma, poder acercar al grupo a una percepción más aproximada de la verdad que la exclusivamente procedente del posicionamiento de un solo observador sobre los múltiples aspectos de dicha realidad.

Es desde esta óptica de la inexistencia de perspectivas únicas de la realidad, desde la que, en mi opinión, ha de acometerse el proceso al que se enfrenta Extremadura, interpretando, adecuadamente cuál es la voluntad de los extremeños, en función del respaldo proporcionado a las diferentes formaciones políticas, a través de su voto, en las urnas.

No soy, en absoluto, partidario de las visiones catastrofistas de nuestra realidad, que esgrimen, que nos encontramos en uno de los peores momentos de nuestra historia y que tenemos pocas opciones para salir airosos de esta etapa de crisis en la que internacional y nacionalmente nos encontramos. Creo, firmemente, en la capacidad de nuestra sociedad para salir adelante, siempre que nos apoyemos, como acertadamente nos orienta nuestro Rey, en la promoción y defensa de nuestra convivencia sobre la base de la confianza en nosotros mismos y el diálogo.

  • Fernando Guitiérrez Díaz de Otazu es senador del PP por Melilla
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