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02 de mayo de 2024

Cartas al director

La raza degenera

Siendo estudiante en la Escuela de Turismo de Murcia, tuve un profesor muy exigente pero bien preparado; desbordando conocimientos y haciendo que las clases parecieran conferencias.
Al cabo de unos años me lo encontré por la calle Platería, que junto a Trapería son las calles emblemáticas del discurrir de la vida murciana.
Y, en ese encuentro, charlamos un rato y al despedirme le pregunte cómo andaban las nuevas promociones y me contestó rotundo y rápido: «¡Ay señorita! ¡La raza degenera!».
Pues sí, la raza degenera y lo digo a colación de un estupendo artículo (El Debate), escrito por Antonio R. Naranjo, en el que, derrochando ironía, describe la iniciativa de una asociación soriana, «Olé tu toto», que anima a ir a Soria a pintarte el toto, llevándote de recuerdo una bolsa, una «toto bag» pintada por una misma.
Me pongo mala solo de pensar lo que sentirían los grandes con mayúscula que cantaron a Soria: los Bécquer, los Machado, Gerardo Diego… y, para estar mas cerca, mi propia familia.
Desciendo de una familia soriana. Desde mi infancia he sentido a través de los míos el amor y la admiración por esas «gentes del alto llano numantino».
He sabido de mi tatarabuelo, decano de la prensa soriana, Francisco Pérez-Rioja, sus tertulias en el periódico el Avisador Numantino, con Valeriano y Gustavo Adolfo Becquer; mas tarde, con uno de sus hijos Pascual ,fundador del Noticiero, ya las tertulias eran con Manuel y Antonio Machado.
La siguiente generación, Aurelio, con su exquisita sensibilidad, departiendo con Sorolla y Zuloaga. El legado cultural de su hijo, José Antonio, con esa Biblioteca y Casa de la Cultura, sus mas de 50 libros publicados, siempre con Soria como principio y destino.
Y ahora tengo que leer esa vulgaridad, esa pobreza en la que Soria vea su nombre mezclado entre tanta cutrez y abandono.
Dice mi tío Aurelio en una estrofa del Soria Canta, recordando a su padre:
Paseando por las afueras,
Sonriente y sencillo
Me dijiste mirando desde el castillo
Me dijiste un día:
Déjate de ilusiones y de quimeras;
Mira tu pueblo, este Soria querido
Mira las torres y los rincones,
Mira tu nido;
Todo es poesía
Esa es la Soria que queremos, la de la cultura, la poesía, la pequeña y sencilla , luchadora y por lo mismo, grande y bella.
Echa tu manto San Saturio y rescata la esencia de esta ciudad única.
Santo Saturio
Santo soriano
¡Santo paisano!
Tu imagen de relicario
La lleva todo soriano
Metida en el corazón. (Soria Canta).

Carmen Cuesta Pérez-Rioja

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