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19 de mayo de 2024

Cartas al director

Irene Montero y los derechos de las mujeres

Pobrecita mujer, Irene, escudarse en un derecho para saltarse y burlar otros muchos más importantes y sagrados como son el de la vida, la seguridad, defenderse en un mundo civilizado. Claro, intentar que entienda esta mujer algo tan grande como es el vivir, es un propósito vano. En un mundo salvaje, –tal vez sea el único que entienda esta chirimbaina–, una persona te estorba y la matas. Como ella «manda» aprueba, sin dudarlo, la orden de ejecución, y aborta al delincuente que pretendía nacer en esta terrible humanidad que dice moderar la exconsorte de Pablo Iglesias.
Es tan «anormal» la conducta y las intenciones de esta peinaovejas que anuncia que quiere instruir a los niños de primaria en relaciones sexuales, erotismo, placer y genitales, es decir, una educación sexual integral, al mejor estilo del mejor pederasta, vamos que yo le pillo a esta huelegateras actuando de esta forma con un hijo mío y no espero a denunciarle. ¿A qué se debe ese afán de ensuciar a tan temprana edad la mente de los niños? Calma tu ansia de corrupción consigo misma, aunque ya estás bastante corrupta, y déjanos a los demás en paz, esbaratabailes.
No debe ser despreciada esta calamidad por su ineptitud, pues todos tenemos derecho a vivir con los dones que Dios nos otorgó, e Irene no fue agraciada precisamente con muchos, pero los que le pusieron en ese innecesario ministerio que le den su salario (de eso no me quejo) y no le dejen tocar otros asuntos delicados como son los derechos de las personas (especialmente el de la vida), los derechos de las generaciones futuras (la educación), la concordia entre las personas (no el enfrentamiento permanente entre hombres y mujeres que ella busca), el derecho a una infancia a todos los niños (sin precipitar conductas inapropiadas para ellos) y, sobre todo, libertad para proceder y actuar como nos apetezca y no como nos quiera conducir esta cantamañanas.
Pero la mayor aberración de esta señora es la de disponer de la vida de los demás; claramente muestra su ineptitud para estar integrada en una sociedad, cuando tiene el atrevimiento de hablar de interrupción del embarazo (tú no te das cuenta de que es matar a un ser humano que vive), ¿con qué derecho ejecutas a ese niño?

Pablo D. Escolar

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