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29 de marzo de 2024

Cartas al director

Todo cambia, pero a peor

Nos estamos alejando de la búsqueda de la verdad y la razón de vivir con libertad, para abrazar ideologías totalitarias e inhumanas. La izquierda está imponiendo un discurso de verdades colectivas en que el individuo no vale nada, porque lo que merece respeto es pertenecer a un grupo-víctima, a una banda de ofendidos y postergados ignorantes.
En lo que va de siglo, los excesos desenfrenados de la corrección política han motivado la reacción populista de la izquierda extrema. Por eso es tan irónico que esta izquierda fascista, que tumba estatuas, desentierra a los muertos y desprecia a sus mayores, censure y hasta agreda a quienes no piensan como ellos, odiando la libertad y la democracia.
Nací en la generación del 'por favor' y el 'gracias', de pedir perdón y permiso, de saludar con educación, de amar a las personas por lo que son y no por lo que tienen. Me enseñaron a tratar con respeto a los mayores y a todos mis semejantes. Me gusta cómo me educaron para desear el bien de la humanidad con el corazón y el alma. Nací heterosexual, y a pesar de mis esfuerzos por ponerme al día, me sigue gustando lo mejor de la Creación. La mujer. Además estoy convencido que la mejor fórmula familiar continúa siendo la compuesta por un hombre una mujer y un hijo (por mucho que algunos quieran cambiarlo de otra manera). Creada y formada con fe. Donde hay fe, hay amor. Donde hay amor, hay paz.
La paz da hijos. El hijo es un ser que Dios nos presto para hacer un curso intensivo de cómo amar a alguien más que a nosotros mismos, de cómo cambiar nuestras peores defectos para darles los mejores ejemplos. Dios bendiga siempre a nuestros hijos, pues a nosotros ya nos bendijo con ellos.
Ellos son el futuro de la humanidad, si se educan con amor y sentimientos respetando a los demás y sobre todo a los mayores. Politizar a los muertos es una repugnante costumbre española, pero despreciarlos por algún motivo ideológico, una aberración.
No hay más que dos clases de individuos, los que tienen moral y sentimientos y los que carecen de humanidad y de vergüenza…

Máximo de la Peña Bermejo

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