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Cartas al director

La quinta columna sanchista

Pedro Sánchez, posiblemente el mejor tahúr de la política española, guarda varios ases en su manga. Aún siendo el político con más descaro y poca vergüenza moral, tras Manuel Godoy, este nuevo «príncipe del progresismo mundial» se va de gira latinoamericana defendiendo la democracia contra los ataques de la ultraderecha internacional en contra de los avances sociales y de las políticas de progreso allí donde gobiernan los movimientos democráticos progresistas.

Es un caso inaudito. Muy a mi pesar, debo reconocer que su rostro es de marfil, irrompible y que, políticamente hablando, incombustible.

Además, se ha creado un grupo de quintacolumnistas, de diferentes pelajes, rendición del club de la «zeja» de Rodríguez Zapatero, con una gran capacidad de propagandismo a nivel cultural y social.

La asignatura pendiente de la derecha es la falta de empatía para combatir, con sus mismas armas, al ultra extremismo populista de Pedro Sánchez y sus aliados mediáticos. Su capacidad de convencer es equiparable a la de vencer, con claridad en las urnas, con la excepción de Isabel en Madrid. Ojalá pudiera tener residencia en la Comunidad de Madrid, tumba ideológica, al estilo de aldea gala, del cesarismo de «Pufo» Sánchez. Pedro, el gran adalid de la democracia del nuevo socialismo Real del siglo XXI.