Trabajar o estudiar

Muchos jóvenes españoles se ven obligados a decidir entre ir a clase o ir a trabajar. Otros, ya graduados, luchan por conseguir su primera experiencia laboral.

Estudiar y trabajar al mismo tiempo es un esfuerzo heroico... o un lujo, según se mire. Pero, sin duda, es agotador: horas interminables, noches sin dormir, estrés constante, ansiedad que crece y la sensación de nunca llegar a nada.

Tener experiencia laboral es necesario, por supuesto, pero... ¿a qué precio? Cuando estudiar se convierte en un privilegio y sobrevivir en una obligación, el futuro se vuelve un campo minado de decisiones difíciles y sacrificios enormes.

La sociedad y las instituciones educativas no pueden mirar hacia otro lado. Necesitamos horarios flexibles, programas que permitan conciliar estudio, trabajo y formación, y un apoyo real a quienes buscan superarse.

No se trata sólo de políticas: se trata de futuros. No dejemos que la lucha por aprender y crecer sea una carga insoportable. Cada joven debería poder estudiar y trabajar al mismo tiempo sin tener que sacrificar su salud, su bienestar o su futuro. Hagámoslo posible, hoy.