Los farsantes

Pongo toda mi pasión en todo lo que escribo, pero sufro mucho para escribir lo que veo y oigo en el Congreso, cosas indecentes desde que llegaron los del «progreso» sanchista y sus ayudantes periféricos.

Las imágenes no pueden ser más deplorables, parece un Parlamento tercermundista, solo se dedican al insulto y la descalificación, los problemas de los ciudadanos les importan poco, o nada, todo lo que dice el Gobierno que va hacer no se lo cree ya nadie, todo es mentira. Cuando sale Sánchez a soltar sus pregones, sin sonrojarse, no puede ser más falso e hipócrita. Entre la verdad y la mentira, él, y su Gobierno van a estar siempre con la verdad. Que para eso su partido es el más limpio y honrado de la democracia. Y eso es lo que aplauden todos los que viven de sus mentiras.

La escena recuerda a una yunta de bueyes modorros de la hermandad catalana del rufianesco, que se ponen de rodillas cuando terminan. Dan pena verlos, ya rozan el masoquismo. Lo que aplauden con ese fervor no es solo al respeto de Sánchez por su verdad, (no ha dicho una desde que tiene uso de razón) aplauden para que anule las sentencias del Supremo por lo que les puede pasar. Y para eso tiene a una tal Yolanda llamando a sus camisas negras a marchar sobre Las Salesas sin esperar a que su ayudante regrese de Cuba. Y mientras tanto recibe el aplauso del grupo de Rufián. Es decir, ¿Rufián aplaudiendo las mentiras y corrupción del Gobierno? Qué asco más insoportable, necesariamente necesitamos yuntas más grandes…