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16 de abril de 2024

Editorial

La matanza de Pentecostés

Este brutal crimen no se ha ejecutado por razones políticas o raciales. Esto es pura y simplemente cristofobia. Un odio al cristianismo que cada vez está más extendido y al que con frecuencia se da la espalda en Occidente

Actualizada 12:42

La fiesta del Domingo de Pentecostés es la tercera más importante para los cristianos del mundo entero después de la Pascua de Resurrección y la Navidad. En Pentecostés los cristianos celebramos la venida del Espíritu Santo que pone en marcha la Iglesia de Cristo. Por todo ello, es especialmente revelador que se escogiese la celebración de la Santa Misa de Pentecostés en la iglesia católica de San Francisco Javier en el estado de Ondo, en Nigeria, para perpetrar un atentado terrorista en el que se ametralló a los feligreses y se detonaron explosivos. Ondo es tradicionalmente una región pacífica, en la que hay una buena convivencia entre cristianos y musulmanes. Está ubicada unos 500 kilómetros de la capital, Lagos.
Añadamos el dato de que además de matar a aproximadamente medio centenar de feligreses, los asaltantes secuestraron al sacerdote celebrante, lo que da una idea de los intereses de los terroristas. Porque en las últimas semanas se han dado varias muestras de agresiones y secuestros por parte de islamistas contra cristianos. El cabeza de la Iglesia Metodista de Nigeria y dos de sus prelados fueron secuestrados la semana pasada y posteriormente liberados tras pagar un rescate de 240.000 dólares. Hace dos semanas, dos sacerdotes católicos fueron secuestrados también, esta vez en el estado norteño de Katsina, de donde procede el presidente de Nigeria, Muhamadu Budari. Todavía no han sido liberados.
En este contexto parece evidente que este brutal crimen no se ha ejecutado por razones políticas o raciales. Esto es pura y simplemente cristofobia. Un odio al cristianismo que cada vez está más extendido y al que con frecuencia se da la espalda en Occidente. Pero hay realidades que no por ignorarlas desaparecen. Con frecuencia el problema que encarnan se amplía. Y a la hora de pensar en lo que ha ocurrido el domingo en Ondo, recordemos siempre que los terroristas islamistas consideran su objetivo a todos los que somos culturalmente cristianos. No sólo a los creyentes y practicantes.
En el momento actual conviene recordar una de las muchas razones por las que es importante propagar la Fe católica: el catolicismo es una religión de paz y amor, que no sostiene a ningún movimiento violento en el mundo, ni ningún grupo terrorista o guerrillero mata en el nombre de la Fe y su propagación. No se puede decir lo mismo de otras religiones como se pone en evidencia, hoy en Nigeria, y con frecuencia en tantos otros lugares.
Lo cierto es que hoy en día, en pleno siglo XXI, los cristianos siguen siendo perseguidos en muchas partes del mundo por su Fe. Lo que ha ocurrido en Nigeria no es sólo un problema suyo. Es un problema de todos nosotros.
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