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05 de mayo de 2024

En primera líneaJosé Antonio García-Albi

El proyecto final

Ambos actores, Galeuzcat y socialismo, son como las dos partes de una bisagra, que independientemente no sirven para nada, pero si fijas una al marco y la otra a la puerta y colocas correctamente los goznes se puede cerrar o abrir a conveniencia

Actualizada 01:30

Podemos afirmar que la situación trágica que vive España no ha cambiado con las últimas elecciones gallegas. El Partido Popular baja un irrelevante 0,59 por ciento en votos mientras que los socios de legislatura BNG más PSOE suben un 2,45 por ciento. Porque no tenemos que olvidar que estos dos últimos partidos votan juntos en Madrid.
La realidad es que los socialistas van cediendo terreno a los nacionalistas en Navarra, Vascongadas y Galicia al tiempo que sostienen y amnistían al nacionalismo en Cataluña.
Los tres movimientos independentistas de España firmaron en 1923 la Triple Alianza definiendo unos objetivos comunes, incluso citaban la lucha armada. En el año 33, la alianza adopta el nombre de Galeusca y se revitaliza con las declaraciones de Barcelona, Vitoria y Santiago en 1998, justo cuando el poder del terrorismo comenzaba a declinar. En el 2006 al concluir las negociaciones del PSOE con ETA se vuelen a reunir para coordinar acciones y pasa a llamarse Galeuzcat. Pero es hoy en día cuando constatamos una acción más coordinada de los nacionalismos en su objetivo de desmembrar España, coincidiendo además con un claro predominio izquierdista en los tres nacionalismos.
En otro plano tenemos al socialismo español en sus distintas facciones, pero mayoritariamente representado por el PSOE. También conviene recurrir a la historia y concluir que para ellos los procedimientos democráticos no son un fin sino un instrumento. El objetivo es el poder y para conseguirlo utilizan cualquier medio. Ya lo vimos con la estrecha relación del PSOE con la dictadura de Primo de Rivera, Largo Caballero fue vocal del Consejo de Estado, y obtuvo del Gobierno una gran presencia y control en ámbitos municipales y territoriales. Más tarde, en los años treinta usó métodos ilegales; Indalecio Prieto organizó La Motorizada, una banda de pistoleros que a lomos de sus Harley Davison sembraba el terror y algunos de sus miembros asesinaron a Calvo Sotelo. En nuestros días acudió a financiación ilegal, saqueo de fondos públicos y negociaciones y pactos secretos con ETA desde el 2000 al 2006 en Elgoibar.
ilustracion españa

Lu Tolstova

Si los de Galeuzcat están ocupados en trabajar en sus respetivos territorios por el control de la educación, la lengua, por la expulsión progresiva de sus sociedades de todo aquello que no sea nacionalista, el socialismo hispano se ocupa del desmontaje de los principios constitucionales y democráticos. Andan muy atareados en conseguir que la sociedad española vaya desterrando principios, valores propios de una democracia liberal que tiene al individuo y sus derechos y libertades como el centro de la acción política, económica y social. Apoyados por corrientes y agendas internacionales contrarias a la libertades individuales y democráticas, el socialismo patrio va manipulando asuntos como la educación, la historia, la libertad económica etc. al tiempo que intenta cargarse la separación de poderes y colonizar hasta los último rincones del Estado y, ahora, incluso a las empresas privadas; cosas que no serían realizables con un pacto con el PP. Los nacionalistas trabajan en un sentido y tienen en el PSOE el complemento perfecto. Ambos actores, Galeuzcat y socialismo, son como las dos partes de una bisagra, que independientemente no sirven para nada, pero si fijas una al marco y la otra a la puerta y colocas correctamente los goznes se puede cerrar o abrir a conveniencia.
Conviene pensar que los dos trabajan sobre proyectos de largo plazo. Sus objetivos que podríamos tildar de revolucionarios se alcanzan con base en sucesivas etapas, y en la actualidad estamos, creo, ante su proyecto final. Por el contrario el principal partido de la oposición ofrece programas meramente de gestión a cuatros años. Es como ir a la guerra con carabina. Posiblemente el proyecto final es que los nacionalismos se queden con sus territorios, expulsen al PP y sustituyan al PSOE al tiempo que los socialistas se adueñes del resto del país en un nuevo régimen. Siempre que el imprevisto de Ábalos no de al traste con todo. ¿Tenemos claro que en las tierras no nacionalistas, el PP en solitario va a sustituir al PSOE? Las elecciones gallegas nada dicen sobre esto.
Por último, veamos al PP sobre el que también conviene hacer un poco de historia. Un PP que tuvo una cierta relevancia en Cataluña y Vascongadas pero que sus actuaciones provocaron la pérdida de personas que eran importantes activos electorales en sus comunidades. Incluso algunos vieron la necesidad de formar nuevo partido. Otros fueron literalmente expulsados con aquellas palabras del hombre del casino: «El que sea liberal que se vaya al partido liberal y el que sea conservador que se vaya al partido conservador». Y sin explicar qué diantres eran los que se quedaban se volvió al casino. Pretenden los populares que el PSOE sea un príncipe azul, y con sus políticas como la lingüística, con sus coqueteos con los nacionalistas, se convierten en el «niño» útil, en el «pagafantas» de los otros dos proyectos de destrucción del régimen que nos dimos los españoles. Hay que reparar en que Cataluña, Navarra y País Vasco aportan 71 escaños al Congreso; si el PP sigue expulsado de ahí, y el BNG crece en Galicia, los nacionalistas volverán a dar el Gobierno al socialismo.
Del poema de Gil de Biedma Apología y Petición se suelen citar unos versos concretos de un tinte claramente pesimista. Hoy acudo a otros del mismo poema que son menos conocidos
Quiero creer que nuestro mal Gobierno
es un vulgar negocio de los hombres
y no una metafísica, que España
debe y puede salir de la pobreza,
que es tiempo, aún para cambiar su historia
antes que se la llevan los demonios.
Veremos.
  • José Antonio García-Albi Gil de Biedma es empresario
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